Tomó bruscamente sus brazos antes de que ella pudiera rodear su cuello y los llevó hasta el final de su espalda. _________ sintió como su sexo palpitaba ante aquella muestra de brusquedad en pasión y la llama en ella quemaba por dentro deseando sentirle hasta en lugares que nunca imaginó.
-Castigo por castigo pequeño Ángel -Susurró él en sus labios regalandole una sonrisa de medio lado y esa mirada intensa a unos centímetros. Ella estaba completamente rendida ante el, esperándolo todo, ya no podía soportar más, le quería en ese mismo minuto dándole tanto como pudiera ser posible -¿Te gusta ser atada? -Susurró en su oído al tiempo que envolvía con fiereza aquella cuerda áspera en sus muñecas.
_________ sabía que el castigo que recibiría por haberle atado la noche anterior sería mil veces más agitado. Mil veces peor y mil veces mejor. Mil veces mas excitante y dos mil veces más placentero.
O también podía no ser así del todo.
-¿Que harás? -Murmuró ______ cerrando los ojos y dejándose llevar por los labios de aquel sexy hombre en su cuello. No pondría resistencia a nada de lo que él quisiera, se sentía realmente preparada y necesitada de él.
-¿Te gustó atarme la noche anterior? es mi turno y será mil veces mejor -Murmuró él antes de empujarla a la silla detrás de ella y sonreír -Haré que te arrastres por mi. -Dijo luego de verla allí sentada, desesperada y jodidamente sensual.
-No lo conseguirá nunca, pero me divierte verle intentarlo -Una sonrisa traviesa se escapó de sus labios y el señor Biersack sintió que no importaba una mierda la tortura por un segundo. Le estaba desafiando y el recuperaría su dignidad con placer.
Caminó unos pasos hacia atrás quitándose los guantes. Su vista estaba fija en los ojos de la mujer que le miraba sentada desde abajo. Intenso, desafiante. Deseosa, desafiante.
-Por la boca muere el pez -Dijo el señor Biersack. Sus ojos brillaban en lujuria y su pantalón explotaría -Aunque tu lo deseas y lo sabes, pequeña sucia -Sin darle más vueltas al asunto se acercó hasta ella y agachó su cuerpo hasta quedar más abajo de la altura en cara a cara. -Ahora si me lo permite o no , será un placer desnudarla, se que tiene más de estos exquisitos atuendos así que no importará romper algunas cosas -Sonreía tan travieso como un niño después de haber cometido una pequeña travesura y era puro deseo.
Tomó una de las piernas de ________ y comenzó a besar cada centímetro de piel expuesta entre su pequeña braguita mojada y sus medias. Ella gimió alentando sus actos, desesperándose, su cuerpo le pedía a gritos llegar al tan ansiado orgasmo de una sola vez.
El besó el interior de sus muslos dando una pequeña lamida por sobre su la fina braguita que cubría su feminidad palpitante y luego solo siguió bajando.
Ella había creído que continuaría allí.
Sentía los dientes del señor Biersack morder su piel, su lengua dibujar el contorno de cada tela y sus rosados y suaves labios repartir pequeños besos en cada lugar que pudiera. Le deseaba dentro en ese mismo segundo, no soportaba más. De pronto el subió rápidamente, dejando un sendero de pequeños besos desde su sexo hasta sus labios y en un solo pestañeo había arrancado el trozo de tela que cubría sus delicados pechos.
Una obra de arte para el señor Biersack. Una obra digna de admirar, morder, lamer, acariciar y besar. Quería llevarla al primer orgasmo con solo lamer su feminidad pero antes jugaría un poco.
-Oh... por favor... -Gimió _______ luego de unos cuantos minutos sintiendo sus ásperos dedos estimular cada parte de sus senos. Con su lengua dibujaba el contorno de aquel rozado pezón. Mordiendo y presionando a su paso. Mientras que con su mano libre, acariciaba y presionaba fuertemente el otro.
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