I. AriZona & Marlboro

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•Luke•

—¡Hey! ¡Hey Luke! —Ashton gritó corriendo por el amplio pasillo del Instituto.

—¿Si? —preguntó el ojiazul deteniéndose a esperar a su amigo.

—¿Te gustaría ir a patinar con nosotros? Saliendo del Instituto.

—Ashton, sabes que no patino. —habló el rubio rodando los ojos.

—Eso lo dices ahora, pero estando sobre una patineta eres magnifico, ¡Anda Lucas!

—Bien, sólo si dejas de decirme Lucas.

—Trato hecho, Lucas. —Ashton sonrió burlón mientras comenzaba a alejarse del rubio. —¡Nos vemos a la salida Lucas! —gritó desapareciendo entre un tumulto de alumnos, Luke rodó los ojos y caminó hasta su siguiente clase.

Odiaba ceder ante Ashton, bueno, no sólo con él, sino con todos, el rubio era excesivamente fácil de convencer, ahora tenía que cumplir. Por alguna razón sus dos amigos adoraban patinar, pero él no, aún siendo el mejor en aquel 'deporte'.

(...)

Cuando el timbre de la escuela sonó y dió las clases por concluidas, Luke tomó sus pertenencias lo más de prisa que pudo, pensando en escapar de sus amigos e ir a casa. Salió del aula mucho antes que los demás, como era de esperarse, sus largas y delgadas piernas eran demasiado rápidas por lo cual lo llevaron a la puerta de salida en poco tiempo, estaba a punto de cruzar, sería su salvación salir por aquella puerta y correr a casa. Con su hombro empujó la puerta y al fin salió de la escuela.

—¡Hey, Lucas! ¿Nos vamos? —preguntó Ashton sonriendo burlón con Michael a lado de él.

—Mierda. —susurró el rubio frunciendo el ceño y obligándose a caminar a lado de Ashton.

—Sabía que harías eso rubio, por eso dije que me sentía enfermo para que me mandaran a la enfermería y salí antes. Michael dijo que estaba en detención, no escaparas tan fácil de nosotros. —pasó sus largos dedos por el cabello de Luke revolviendolo un poco.

—A mi ni siquiera me gusta patinar, ¿Por qué tengo que venir? —preguntó Luke con desgane.

—Porque si. Vamos, camina. —respondió el ruloso empujando a Luke obligándole a dar pasos perezosos.

(...)

—¡Hey! ¡Par de maricas! ¡Miren esto! —exclamó Michael desde la parte de arriba de una rampa, después de conseguir las miradas del castaño y el rubio en él, se tiró en su patineta cayendo de bruces en la parte curva. Ashton soltó una sonora carcajada ante aquella estupidez.

—Oh mierda. —susurró al notar que Michael no se movía. Se levantó de inmediato golpeando a Luke en la rodilla para que este se levantara y ayudara a su amigo.

—¡Dejalo! —gritó Luke sin levantarse. —El muy estúpido está fingiendo.

—Tenías que cagarla, Hemmings. —bufó el pelimorado levantándose mientras que Luke sólo se encogía de hombros como si se estuviese disculpando.

—Vamos, Lucas. Te toca. —Luke suspiró con desgane y se levantó tomando su patineta del piso, subió a la rampa y se deslizó llegando ágilmente a la otra base. El chico era realmente bueno, pero para desgracia de sus amigos, él odiaba patinar.

Se deslizó por ultima vez hasta volver a la base en la que ha bía comenzado.

—¡Mi turno! —exclamó Ashton llegando a lado de Luke quien después bajó y se acercó a Michael.

—Iré a buscar una tienda — explicó y comenzó a alejarse.

Caminó un par de cuadras a partir de donde se encontraban las rampas. Entró en un pequeño local y se dirigió de inmediato al fondo, al área de los refrigeradores, enfocó lo que buscaba, su bebida favorita. Un AriZona sabor Ponche de frutas. Abrió el refrigerador y justo cuando su mano toco el metal rojo, otra hizo lo mismo.

—¿Podrías soltar mi lata? Por favor. —carraspeó Luke sin mirar a la otra persona.

—¿Perdón? Suelta tú mi lata, por favor.

—¿Tu lata? Yo llegué primero, sueltala tú. —levantó la vista.

—¿Qué dices? Ya, suelta la lata.

—¡Yo llegué primero! ¡Yo pagaré por ella! —gritó Luke cerrando con fuerza el refrigerador y jalando la lata hacia si.

—No tan rápido niño bonito, soy una chica y si eres un caballero me cederas la lata. —exclamó ella frunciendo el entrecejo.

—¡No me importa que seas chica! ¡Es mi sabor favorito y quiero esa lata! —ella rodó sus ojos azules con molestia.

—¿!Compran o se largan de mi tienda!? —gritó el vendedor.

—Escucha —habló ella. —No tengo problema en compartirla, ¿Te parece? —sugirió. —Es la última lata. —con su mano libre acomodo un mechón de su cabello azul detrás de su oreja.

—Bien, mitad y mitad. —bufó retirando la lata de la mano de la chica y caminando al mostrador. Ella le tendió unas cuantas monedas las cuales Luke completo y pagó.

—A mi dame una cajetilla de Marlboro de durazno y un encendedor. —pidió ella sacando unos cuantos billetes del bolsillo trasero de su pantalón.

—¿Eres mayor de edad? —preguntó el vendedor con una ceja levantada.

—¿Quieres mi dinero o no? —atacó.

—Aquí tienes. —bufó y sacó la cajetilla y el encendedor de la parte de atrás del mostrador y se la tendió retirando los billetes de su mano.

—Gracias. —ella sonrió hipócritamente y salió de la tienda con Luke detrás de ella.

AriZona (Luke Hemmings)Where stories live. Discover now