Luego de un suspiro y haberse parqueado debidamente, Sophia apagó el auto y sacó las llaves guardando estas en su bolso mientras abría la puerta de la Rover.
-Anda-le dijo a su hija, quien se había quedado estática. Esta salió de su trance y comenzó a bajar también.
Ambas caminaron unos pasos hasta quedar frente a aquella villa que la castaña conocía desde que era pequeña.
-No ha cambiado en nada-murmura Camila negando con la cabeza.
-Um, parece que quitaron las mecedoras de enfrente pero así se ve mejor-nota Sophia con su cabeza ladeada-¡Vamos! Entremos-dice comenzando a caminar..
La castaña miró la casa por unos segundos más, recordando todo lo que pasó en ella. Suspiró con toda la pesadez del mundo, y caminó con lentitud hasta quedar a un lado de su madre, quien tocó la puerta tres veces.
-¡Jessica, somos nosotras!-avisó Sophia en español.
Y segundos después, se escucharon unos rápidos acercarse, y la ouerta fue abierta de golpe por una mujer rubia de ojos color miel.
-¡¡AAAAHH!!-chilló abrazándola a las dos con toda la fuerza del mundo-¡¡Cuanto tiempo!!-ríe saltando con emoción mientras madre e hija reían correspondiendo a aquel abrazo.
Luego de separarse del abrazo, entraron a la casa luego de que un trueno sonó en el ambiente. Caminaron hasta la sala con enormes sonrisas.
-Ey Jess, la casa está hermosa-halaga una sonriente Sophia.
-¡Gracias!-ríe ella-¡Pero mira a tu muchacha! ¡Wow, Camila! ¡Estás hecha una mujer!-dice señalándola con sorpresa.
-Haha gracias-carcajea ella amablemente.
-Ay, y dime ¿cómo está todo?-suspira Sophia acomodándose en su mueble con toda la confianza del mundo.
-Oh mi hija, aquí uno metío en la lucha. Henry ahora mismo está para el trabajo tu sabes, en los invernaderos, y Chris se acaba de ir a jugar pelota-cuenta con simpleza.
Al oír mencionar aquel nombre, Camila parpadeó apartando la mirada, Sophia la miró de reojo y carraspeó su garganta.
-Oh, aún no sé por qué terminaron, eran demasiado tiernos juntos-suspira Jessica con una soñadora sonrisa. Ella obviamente no sabe lo que su hijo había hecho.
-Ah ya sabes...la distancia-miente Camila con una falsa sonrisa.
-Oh, si-asiente con una triste sonrisa.
Sophia buscó un nuevo tema de conversación, y al instante Jessica se entretuvo con este, y pronto la charla se convirtió sólo entre ellas dos.
Mientras que Camila se quejaba interiormente, deseando en ese momento estar en la carrera, porque se estaba aburriendo.
-¡Oh! Está lloviendo-comenta la mujer rubia notando esto.
-Bueno, ya estaba nublado hace rato-dijo Sophia con una mueca.
Camila giró su cabeza sin levantarse del mueble. Y si, pudo apreciar como la lluvia se había desatado fuertemente sobre Cotuí.