Daddy Aaron

"El beso"

-No creo estar segura de esto, Ale.

-Ay, vamos no seas gallina.-Dijo fastidiado mientras seguía subiendo en el árbol. 

Oh, Dios no.

Mis pulmones se llenaron de aire lentamente y al botarlo intenté subir al árbol como Ale había hecho, pero al intentar subir la pierna cerré mis ojos involuntariamente ya que en definitiva no soy para nada ágil. 

-Creo que mejor te espero aquí abajo...-Abracé como pude con todas mis fuerzas al árbol esperando una respuesta afirmativa de Alexander permitiéndome hacer lo que había dicho, pero como nunca habló me dejé caer al suelo los pocos centímetros que había subido. 

Me senté con las piernas extendidas pero con el tallo del árbol entre las mismas y con la mirada hacia arriba, viendo como de una manera audaz Alexander subía hasta lo más alto. Claro, lo hacía ver que era fácil, pero no, no lo es; él solo estaba familiarizado con ese árbol. 

Ya cuando se sentó en una rama miró para abajo y al encontrarse conmigo sonrió de oreja a oreja y agitó la mano de una forma furtiva. Me reí y me acosté aún viéndolo relajándose al mirar a la nada.   

Era sin duda relajante este momento, el aire soplando sutil pero lo suficiente como para mover algunas hojas y mi cabello. Cerré mis ojos mientras esperaba dormirme finalmente, podría dormir en cualquier sitio necesitando tan solo 10 minutos para hacerlo, dormir horas y levantarme con más sueño aún, es un don. 

Pero que desgraciadamente no se puede sacar dinero con esa habilidad, pero bueno. 

-¡BUUU!-Gritó Alexander en toda mi cara haciendo que mis ojos se abrieran de una manera brusca y la parte de mi tórax se impulsara para arriba y pasara algo que no esperaba, algo que me dejó fría, algo que hizo que ni Alexander ni yo nos hiciera reaccionar.

Un beso, nuestros labios se juntaron pero no se movieron ya que no reaccionábamos ante lo sucedido. Alexander es separado por mí, no por su voluntad si no porque Gregory fue el causante de nuestra separación. 

-¿Qué coño es lo que te pasa, tío? ¿Estas mal de la cabeza? ¡Es Giselle!-Se encontraba furioso, agarraba fuertemente los hombros del pobre Alexander que no encontraba la forma de decir alguna palabra. 

-No es lo que piensas, en verdad. Fue un accidente, lo juro.-Las palabras salieron disparadas de mi boca, la cual había besado Alexander, me levanté del suelo dispuesta a explicar con más detalle la confusión-Fue de una manera estúpida, fue un accidente, no quería que pasara; ¡Fue sin querer, créeme!

Él parecía verme decepcionado, y yo estaba de lo más confundida. Soltó a Alexander que salió corriendo a quien saber donde dejándome sola con Greg. Su mirada era más que una reprochadora como la de un padre, parecía estar leyendo cada parte en mi interior intimidando como el primer día que lo conocí. 

-No voy a mentirte, estoy molesto porque esperaba mucho más de ti, creí que si eras una chica que valía la pena.-Miré a otro lado disgustada con sus palabras, pero decidí no decir nada. El jardín de la propiedad de los departamento Lara estaba vacío, lo cual era raro, pues este lugar era muy transitado por las persona que vivían en alguno de los departamentos, como la familia Guevara lo hacía. 

-Fue un accidente.-Mascullé intentando salir de este patético accidente, ¿Por qué no entendía que fue sin querer?

-Eso tendrás que decirle a Aaron, cuando le digas sobre... todo esto, niña.-Sin más se fue dejándome completamente sola.

¿Aaron? Pasé saliva de manera fuerte a la vez que mi labio superior temblaba sutilmente, ¿Había engañado a Aaron... con su propio hermano?

La adrenalina cosquilleó en mi interior haciéndome voltear a la entrada de la plantabanda del edificio, allí estaba él. 

Mi Aaron; mi daddy, viéndome de una manera que me hacia sentir tan traicionera porque lo hacia con cariño; como siempre. Levantó su mano y con una seña me comunicó que fuera con él, lo cual hice corriendo como nunca lo había hecho. 

El ambiente ya no era tranquilo, era tan estresante que mi cabeza parecía querer explotar en algún momento. Sin perder velocidad llegué a él, choqué contra su pecho abrazándolo como lo hago con mis peluches; muy fuerte. Lloré allí porque él no merecía esto, no me merecía, ¿Cómo puedo explicarle que Alexander y yo nos dimos un beso? 

-No entiendo, ¿Qué anda mal?-Sus manos fueron a mi espalda donde acarició de arriba a bajo con delicadeza mientras me consolaba, yo no merecía que me consolara, no, al contrario merecía algo malo pero con que él me pudiese perdonar.

-Perdón, perdóname por favor-Sollocé en su pecho, más palabras no salían de mi boca y en mis creencias Aaron estaba en estado de shock.

-¿Por qué no me cuentas que pasa, bebé? Cálmate, ¿Si? Te está dando fiebre.

-Pero te fallé...-Susurré separándome de su pecho para verlo a los ojos. Este chico poseía los ojos más hermosos que he podido apreciar, tan oscuros y tan raros que me hacían querer verlos todo el día sin cansarme. 

-¿Me fallaste? ¿Qué?-Me miró confundido, con el ceño fruncido y con una mueca en su boca.

Boca, boca, boca...  Beso, beso, beso...

-Yo... Alexander... Ay, no puedo.

-¿Pero por qué?-Se alejó un poco de mí aún con la cara de confundido.

-¡Ahhhh! ¡No sé, no sé!-Grité para empezar a caminar de aquí para allá intentando organizar como tendría que decirle, la cara de Aaron se transformó de confundido nivel 1 a confundido nivel 3 y me miraba como si fuera una loca, no me quitaba la mirada de encima aún cuando seguía caminando de un lado al otro. 

-¡Escupe lo que tengas que decir, ahora!-Me ordenó con un tono fuerte, el cual hizo que mi piel se erizara un poco.

-Besé a Alexander.

Su mirada se tornó furiosa e incrédula, sus mejillas se tornaron rojas de la rabia, su iris se volvieron negras. ¿Y yo? Yo me sentí pequeña, esperando lo peor.  

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20 votos y publico el capítulo siguiente. ;)