5. Instinto animal

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Borja

Mi corazón palpita muy rápido, al fin la tengo en frente. Puedo ver el universo infinito que hay a través de sus ojos, es una mirada que hipnotiza, al menos para mí. Estoy emocionado, aunque no lo hago notar. Me causa gracia burlarme de ella otra vez, como en el pasado en que no lo sabía.

Se ve hermosa enfadada.

Lastimosamente puedo reconocer su sonrisa falsa.

—¿Te crees muy listo? —me pregunta al yo hablarle de la comparación similar entre nuestros poderes por razones obvias que ella desconoce.

Nuestra conexión.

—Tengo un poco de ego, sí —lo admito —pero yo cambiaría esa palabra por estratega, soy un soldado.

—Oh ya que eres tan militar y poderoso —Alza las manos para burlarse —¿Por qué no nos atacas?

«Quiero atacarte, pero no en la manera que piensas». Mi instinto de híbrido expresa juguetón.

Me río y niego moviendo la cabeza.

—Porque soy un caballero.

—Ah, ¿sí? —Arquea una ceja —Pues nosotras no somos damas, por lo tanto nos vamos sin saludar —Se da la media vuelta y baja las escaleras como si nada.

Ace me observa sonriente.

—¿No las vas a seguir?

—¿Y tú no estás preocupado por tu amiguito vampiro? —Frunzo el ceño —Ella se lo llevó —aclaro al haberlo visto.

—Lo estoy, ya veré cómo lo recupero —Se queda mirándome —. Puedo notar tu resentimiento hacia mí, y no porque sea un vampiro.

Eso es porque las emociones de Agatha se han impregnado en mí, no conozco a este hombre, pero sé que es un problema para ella.

Mi conexión hace que todas estas personas me caigan mal, sean un problema o alguna emoción diferente. Sin embargo las que más me atacan son contra Ragnak, ese odio y obsesión que sienten por él, me irrita. Por Darren, puedo sentir como tiene una atracción y un odio a la vez. Aunque la que más me molesta, es la de un tercer sujeto, esa persona está calada en los sentimientos de Agatha, aunque todavía no sé quién es.

«A ese quiero romperle el cuello».

No, somos gente civilizada.

«¡Ja! Sí, claro, eres mitad lobo, no hay nada de civilizado en eso».

Ya lo veremos.

Ignoro a mi instinto de híbrido y al comentario de Ace sobre el resentimiento. Lo esquivo y me dirijo hasta donde está atormentando Agatha a los presentes. Como el vampiro ofreció con antelación, voy hasta allí bajando las escaleras.

Aquel ente poderoso abre portales debajo de la gente, veo como aparecen primero antes de que suceda la acción, abajo de Eliza con su bebé y Aradia.

Sé sus nombres gracias a mi lado de Guardián.

Sin pensarlo mucho, detengo el ataque de Agatha, entonces los agujeros negros que creó se cierran, gracias a que retrocedo el  tiempo evitando esa acción. Ella se molesta al girarse a mirarme, luego sonríe con confianza. Todos se mantienen al margen mientras comienza nuestra conversación.

—Siempre tan noble, nos estás hartando, lobito.

—Atacar a embarazadas y niños es caer muy bajo, Agatha —la reprendo.

—¡Ja! No nos des lecciones de moral, porque no tenemos —Se ríe, luego frunce el ceño —, y deja de hablarnos en singular, no somos Agatha, ya te estás pareciendo a Ragnak, que horror —opina.

—Ciertamente —Le doy la razón.

—¿Y bien?

Sonrío.

—Que no vas a deshacerte de mí tan fácil.

«No ahora que te hemos encontrado».

—¿Piensas salvar a toda esta gente? —se burla.

«Creo que malinterpretó las cosas».

Déjala, me causa gracia.

—No tenía esa clase de intensión, pero supongo que si veo una injusticia que puedo detener, lo haré —Doy unos pasos hacia ella —. Después de todo soy el único que puede detenerte, ¿no?

—Evita alardear de tu poder, no te creas tanto.

—No lo pienso, solo te aclaro quién soy en este juego.

—¿Y quién eres? Si se puede saber —Alza una ceja y se cruza de brazos.

Utilizando mi poder del tiempo, la sorprendo apareciendo cerca de ella, esquivo su ataque, bloqueando su acción cuando la agarro del brazo, evitando que pueda moverlo, apareciendo detrás suya, susurro en su oído

—Soy tu acosador personal —respondo a su pregunta.

No le da tiempo a reaccionar, porque un ala impacta entre medio de nosotros dos y tengo que separarme de su cercanía, para eludir el golpe.

—Aléjate de mi prometida —Llega Ragnak en su forma de chico.

Es la segunda vez que lo veo así, y me sigue generando molestia, por culpa de los recuerdos de Agatha.

—¡Ra! —grita Lennard, saliendo del cuarto, expresando indignado por esa clase de declaración.

—Ya nos aburrimos, nos iremos —avisa mi compañera y se gira a mirar a Darren que estaba escondido detrás de una columna, entonces le tira un besito al aire —. Luego vendremos por ti, bye.

Como odio esa maldita atracción que tiene hacia él. No sé si la sensación de molestia es porque se fue acumulando con el tiempo o siempre es así.

«Déjame decirte que siempre es así, eres un animal».

Eso no me ayuda, sigo sin entender las conexiones, soy demasiado nuevo en esto.

Corazón Oscuro #9Onde as histórias ganham vida. Descobre agora