Día 2

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Amante/Fiesta




Celebraba su primer año de casado junto a su hermosa esposa Jiro, sonreía a cada persona que lo felicitaba y daba algún obsequio.

Sin notarlo buscaba con su mirada entre la multitud esperando ver a su mejor amigo, sonrió al encontrarlo pero su sonrisa se borro al verlo platicar con Mina una compañera de trabajo.

Se acerco lentamente ignorando a las personas con las que se cruzaba, al estar cercas escuchó un poco de su plática y se sonroja, pues están hablando de él, por lo que decían la chica estaba más que enterada de lo que pasaba entre ellos.

— Hola — los saludo, tratando de quitar el rubor de sus mejillas.

— Hola Denki — saludan ambos.

— ¿Cómo la están pasando? — pregunta tomando una copa de un mesero que pasa por ahí.

— Bien, tu esposa es bellísima — suelta Sero sin quitar su sonrisa.

— Lo se — Denki se encoge de hombros y sonríe.

— Bueno, nos vemos Denki — deja un beso en su mejilla — nos vemos Hanta — la chica sonríe y se va.

— ¿Hanta?, ¿Desde cuándo con esas confiancitas? — pregunta molesto.

— No te enojes, así es ella — el chico le resta importancia — además no eres nadie para enojarte — tomo de su copa.

— ¿Cómo de que no soy nadie? — se quejo.

— Sólo somos amantes de una noche a la semana, o se te olvida que estas casado, sigo esperando por ti desde hace meses dijiste que la dejarías y que estarías conmigo, ¿Qué paso, coges mejor con ella que conmigo? — pregunto molesto — bueno sabes qué aquí se te acaba tu estúpido, nos vemos Kaminari — dijo dejando la copa vacía y yéndose.

— Hanta — susurro Denki.

Era cierto, todo lo que dijo Sero era verdad, donde quedo el amor que según él le tenía, se dejo llevar por las cosas carnales y materiales que ahora tenía junto a la chica, volteo a verla y su corazón no se acelero como lo hacía cuando veía al pelinegro, tomo una decisión e ignorando los reclamos de su esposa salió en busca de su verdadero amor.

Busco en el estacionamiento y su auto ya no estaba, corrió por el suyo y se dirigió a su departamento, a ese lugar donde tenían todos sus encuentros, cuando llegó y vio el auto sonrió, subio al elevador y presionó el botón que lo llevaría al piso deseado.

Bajo del elevador y camino hasta la puerta, tocó repetidas veces hasta que fue abierta, mostrando a un molesto pelinegro.

— ¡Denki! — susurro sorprendido.

— Hanta debemos hablar — dijo nervioso, al mirar dentro de su departamento su ceño se frunce — ¿Quién es esa puta de allí? — señala a la chica.

— Nadie que te importe, sera mejor que te vayas — intento cerrar la puerta pero el rubio la detuvo.

— No me voy y menos para que estes con esa puta, así que te diviertes con ella cuando yo no estoy — dijo enojado, tenía ganas de llorar.

— ¿Y qué si es así? — dijo tanjante.

— Eres un idiota, yo que vine a buscarte porque me decidí por ti, me encuentro con esto — sus lágrimas bajan por sus mejillas.

— No lo hagas más difícil Kaminari — pidió el pelinegro.

— Sacas a esta perra de aquí o lo hago yo — dijo frunciendo el ceño y con intención de matar a alguien.

Sero suspiro y dio media vuelta.

— Lucy mañana hablamos — la chica salió sonrojada y casi huyendo.

— Hasta su nombre te sabes — se cruzo de brazos.

— Denki, ella es mi vecina vino a traerme unas cosas — el pelinegro suspiro y dejo entrar al rubio.

— Yo que iba a saber, de todos modos era una puta — entro molesto mientras inflaba sus mejillas.

— Si, si lo que digas, ¿Acaso entre putas se reconocen? — pregunto en un susurro.

— ¿Qué dijiste? — Denki se molesto.

— Que si quieres té, iré a prepararlo — salió de allí directo a la cocina.

— Idiota — suspiro y se sentó donde estaba la chica.

Cuando el pelinegro volvió con los tés, ambos bebieron sin atreverse a hablar o a mirarse.

"Maldición Denki habla no seas cobarde" se regaño.

— Hanta, yo… — empezó dejando su té en la mesita del centro — yo… quiero estar contigo — se sonrojo y tomo su taza de nuevo y bebió.

— Yo también, ¿Qué harás con tu esposa? — pregunto dejando la taza vacía en la mesa.

— Divorciarme, además ella también me engaña con su disque amiga, puedo darle por ese lado y llegar a un acuerdo — conecto su mirada con el pelinegro.

— Me alegro — se puso de pie y se sentó a su lado —te amo Denki — dijo Hanta abrazando al rubio.

— También te amo Hanta — sonrió y se besaron.

Esa noche entre las tibias sábanas sus cuerpos se conectaron, se entregaron como si fuese la primera vez, no muy lejos de allí la esposa de denki hacía exactamente lo mismo sólo que con su mejor amiga Momo.




Fin




¡Porque siempre mis historias son extrañas!

SeroKami Week19Where stories live. Discover now