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Pero no fue Shizuo quien encontró a Izaya.
Fueron Anri y Celty.
Ambas se encontraban caminando sin rumbo alguno a través de las calles de la ciudad, había pasado tanto tiempo desde que se habían dado un tiempo para hablar entre ellas, entre la escuela y el trabajo resulto muy difícil que las dos coincidieran pero ahora que el verano estaba prácticamente sobre ellas pudieron llamarse y acordar un día, dieron un paseo en la tarde y la dullahan acompaño a la azabache a comprar algo para comer. Precisamente en ese momento Celty acompañaba a la de lentes a su casa, se les había hecho tarde pero no es como si eso les afectara, al contrario, les dio gusto saber que por fin podían hablar después de tanto tiempo.
Iban en silencio cuando ambas notaron una sombra salir corriendo de la esquina y que choco contra la dullahan, cuando notaron ese característico abrigo y esos ojos rojizos ambas mujeres se sorprendieron enormemente, aun mas cuando la expresión de Izaya destilaba temor puro, al momento en que la jinete envolvió con sus brazos el cuerpo del informante este cayo al instante, desmayado quizá del desborde de emociones o las heridas que tanto ella como Anri no tardaron en notar.
Izaya huía de algo, pero tanto ella como Anri no vieron a nadie.
La calle estaba completamente vacía, sin signos de vida alguna…
Al menos eso notaron los primeros segundos.
-Hey, eso es mío- hablo una profunda voz detrás de Anri quien antes de poder siquiera girarse noto como la cuchilla de una navaja se había colocado contra su cuello.
Celty de inmediato se alteró, pero no soltó a Izaya, preparo una de sus sombras por lo bajo y comenzó a llevarla por el suelo tratando de alcanzar a ese sujeto tan…tenebroso, parecía ido, su expresión lucia alterada pero una radiante y cínica sonrisa adornaba sus labios, como si temiera y se estuviera divirtiendo al mismo tiempo.
Anri por su parte saco una parte de Saika de la palma de su mano, no quería dañar al hombre pero viendo la situación parecía que no le quedaba de otra, solo un pequeño corte y no habría necesidad de violencia, ordenaría al hombre marcharse y olvidar todo. Ambas mujeres estaban preparando mentalmente como defenderse.
Pero no fue necesario.
-Yo no haría eso si fuera tu- una nueva vos se hizo presente.
Todos se giraron a ver al rubio, quien con un porte calmado le dio una calada a su cigarrillo y exhalo el humo, sereno, tranquilo.
Al menos hasta que tiro el tabaco al suelo y lo apago con su zapato.
Ahí ambas mujeres supieron que debían hacer algo si querían evitar problemas. Celty solo pudo agacharse para recargar a Izaya contra su pecho, saco su teléfono y se propuso a escribir algo para calmar a Shizuo, el ex barman podía fingir toda la calma que quisiera pero solo ella pudo ver que estaba a solo un pelo de perder el control, todo dependía de lo que ese hombre castaño hiciera y a juzgar por su apariencia no sería nada bueno.
