"FELIZ" RusMex

Primer encuentro

Brasil, Venezuela, Argentina, Chile y México se dirigían hacia el bosque que anteriormente quedaron en ir.

Iban haciendo mucho ruido debido a las estupideces que se les ocurrían.

—México...— las risas pararon.

El latino se tenso, sabía de quién era esa voz, se negaba a voltear, pero USA no tenía los mismos planes.

Intento seguir caminado, fingir que no había escuchado, pero un fuerte agarre es su brazo derecho le detuvo.

—Sueltame Wey.— dijo intentado soltarse, fallando rotundamente.

—Solo quiero hablar.—

—Pues te jodes, yo no puto, ahora suelta mi brazo pendejo.— volvió a intentar, pero falló de nuevo.

Los latino solo veían, pues entrar en conflicto con una potencia mundial no era benéfico, aunque quisieran partirle la madre.

—No te lo estoy preguntando.— lo empujó hacia su cuerpo, el mexicano trastabilló y cayó en su cuerpo, obligándolo a un abrazo.

—¡Sueltame!—

"Ahora sí culiao, ya valiste."

Seguidamente, Chile se lanzó al americano, la expresión de sorpresa de este no se hizo esperar.

—¡Chile!— gritó Argentina, para después intentar sujetarlo.

Entre disputas y gritos, se dieron cuenta de que el mexicano, no estaba.

Preocupados, giraron hacia todas direcciones, observando como corría adentrándose en el bosque.

USA no espero y corrió detrás de él, siendo seguido, muy detrás, por los demás países.

México no podía seguir corriendo, y para terminar de chingar, se cayó raspando sus rodillas, las dos.

Sin importar aquellos, volvió a emprender viaje.

Sus manos tenían piedras encajadas, su rostro rasguños, pero no impidió que siguiera corriendo.

No fue hasta su choco con el cuerpo de alguien más que decidió parar de correr, además de que había caído de pompas.

—¿México?— pregunto extrañado aquel país.

—Rusia, yo l-lo siento y-yo...—

—¡¡México!!— el gritó furioso de USA se escuchó detrás suyo.
—¡Aquí estás! Ven acá— volvió a tomar su brazo con más fuerza, haciendo soltar un quejido junto con una maldición en maya.

Las lágrimas empezaron a salir sin control, pero la cólera le seguía.

—¡¿Qué quieres?! ¡No fue suficiente con hacerme sentir un país mediocre durante casi 150 años!— la tristeza que denotaba su voz encogió el corazón de los países presentes.

—¡Y cuando decidí ser tu pareja, pensé que aquello había terminado! ¡¿Por qué lo hiciste?!— México se estaba desahogando, nadie sabía de su ruptura, hasta hoy.

—¡Porque soy el único al que le perteneces! ¡Nadie más puede tenerte, solo yo!—

—Eso significa que jamás me amaste—

—Si, si lo hice.—

—Si tanto me querías... ¿Por qué hay un muro entre nosotros?— esas palabras dejaron un silencio abrumador entre todos los presentes.

—No tengo que darte explicaciones.—
Seguido de esto, intento tomar de nuevo el cuerpo de México, pero un cuerpo se interpuso.

—Vete.— Rusia era un país de pocas palabras, esto lo demuestra.

USA estaba en desventaja, así que decidió retirarse no sin antes soltar insultos en su idioma.

—Vamos, México.—

—¿A dónde?— su voz se escuchó rota, pero se logró entender.

—A mi departamento.—