peter pan ; renmin

u n i c a p a r t e

— nana... ¿puedes leerme peter pan una última vez?

dice débilmente el pequeño niño acostado sobre una pulcra cama con sábanas blancas tapando la mitad de su delgado y pequeño cuerpo. el niño contrario simplemente asintió con tristeza, buscando en su mochilita rosita el mencionado cuento, el cual era el favorito de su mejor amigo.

— ¿desde el principio o donde nos quedamos ayer?

— desde el principio, por favor.

el pequeño se acomodó en la cama, quedando casi sentado, listo para escuchar una vez más las aventuras de su personaje favorito.

— como junnie desee -el niño mayor le dedicó una de sus brillantes sonrisas antes de comenzar- en un mundo muy lejano, llamado el país de nunca jamás...

se mantuvieron serenos y tranquilos, disfrutando de la historia ficticia hasta que el menor empezó a bostezar.

— ¿ya tienes sueño, renren?

el pequeño tallando su ojito con su puñito asintió acomodándose para acostarse de nuevo. nana se acercó rápido para taparlo y ponerlo cómodo en su posición. este apretó sus labios viendo a su mejor amigo acostado con dos aparatos a cada lado de su cuerpo que lo mantenían con vida. tomó la pequeña mano de su menor con la suya viendo a su menor con los ojos cristalinos.

— nana, ¿nos volveremos a ver?

preguntó renren con inocencia.

— claro que sí, renren... nos volveremos a ver algún día.

nana no se percató de la lagrimita que había salido de su ojo derecho. y esto hizo que renren preocupado se levantara y lo jalara hacia él, abrazándolo.

— ¡nana, nana! no llores porfis. capaz podremos encontrarnos otra vez... –hizo una mueca pensativa– ¡capaz nos veamos en el país de nunca jamás! y-y... ¡yo sea tu peter pan y tú mi wendy!

el mayor sollozó en el hombro de su menor, abrazándolo aún más fuerte.

— te quiero mucho, renren.

antes de que pudiera responder, renren sintió una punzada en su pechito, haciéndolo jadear.

un pitido se hizo escuchar en toda la habitación, haciendo llorar aún más al mayor y apretando aún más el cuerpecito entre sus brazos

— yo te quiero mucho más, nana...

suspiró antes de cerrar sus párpados y aflojar el abrazo.

— ¡no! ¡no, renren! ¡me prometiste que estarías siempre conmigo!

gritaba entre lágrimas mientras sentía que unas manos lo separaba de su renren y el cuarto se llenaba de gritos y personas adultas vestidas de blanco.

nos volveremos a ver en el país de nunca jamás, nana...

muchos no se dieron cuenta, ni el mismísimo nana, quién permanecía con su mirada triste y borrosa viendo el exterior por medio de su ventana, que una estrella brillaba más de lo normal junto a una más pequeñita.

cuando ya se iba a acostar se percató de la linda estrella que brillaba con naturalidad, pero resaltaba más que las otras estrellitas. por inercia sonrió secando sus lágrimitas, suspiró.

— conviértete el mejor en el nunca jamás y ten adventuras, renren...

corrió las cortinas y se acostó con el peluche que ren le regaló antes de que cayera enfermo, abrazándolo con todas sus fuerzas y durmió feliz, pensando que renren estaría feliz volando junto a campanita.