Violetas

Capítulo 2 "Fallos en el plan"

Kaito llevaba un mes de haber conocido a su alma gemela, un pequeño niño de 7 años de edad que vive en Ekoda dentro de una familia de un famoso detective, que si no se equivoca no es su verdadera familia, después de investigarlo y en conjunto con lo que descubrió durante su robo en de la Estrella Negra podía decir unas cuantas cosas; efectivamente Edogawa Conan no era un niño normal, era inteligente, capaz de hacer conjeturas rápidas, perspicaz, ágil y peligroso. ¡¿Quién mierda le dio un arma a un niño?! Era una especie de mini-genio, y uno muy lindo para empeorar la situación.

Siendo sinceros a Kaito le gustaba, en el sentido en que el niño era muy intrigante y un nuevo reto, porque tal parece que ha jurado atraparlo. Lo que está mal para Kaito.

Kaito Kuroba ni en cien años hubiera imaginado que su alma gemela fuese un niño diez años menor que él, pero si lo piensa seriamente, después de conocer qué clase de niño de siete años es Edogawa Conan, no le importa en absoluto la diferencia de edad. Por lo que podía ver, era muy maduro para su edad.

Aun así prefería mantener distancia lo más posible, ya no solamente por la evidente ilegalidad que supone —ser Kaitou KID tampoco es muy legal que digamos— pero sino porque no quisiera exponer a su alma gemela al peligro de la terrible organización que va tras él. No es solo él, si Kaito pudiera, alegaría a todos los que quiere de él para protegerlos. Pero con ellos ya no tiene excusa para irse, en el caso de Conan aún no se conocían. Y si igual Kaito iba esperar, era preferible que al menos él estuviera a salvo.

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O ese era su plan al inicio.

Para desgracia de Kaito, él no conocía la terrible habilidad del pequeño para meterse en problemas, como secuestro o asesinato. Y el fatídico día en que se enteró de ello, había empezado completamente normal...

Kaito Kuroba había salido de casa para comprar las provisiones necesarias para un mes, el camino más cercano pasaba a un lado de un terreno en construcción, iba perfectamente alegre y tarareando una canción en su cabeza. Hasta que escuchó un fuerte sonido de un metal chocando contra a otro.

Él volteo, decidiendo que el sonido solo podría venir desde adentro de la reja que separaba el camino de la calle, se asomó en unos de los huecos de la reja, mirando a un sujeto con la camisa manchada y sucia apuntando un arma hacía algo que no lograba observar bien. Pero no parecía ser algo bueno, sin pensarlo demasiado subió sigilosamente la reja, mirando por el rabillo del ojo un cuerpo y otra persona agachada detrás de un tubo, sin dudar, salto sobre la persona agachada envolviéndolo y alejándolo del rango de disparo de su atacante. Después corrió aun cargando a esa persona hasta dar la vuelta.

Ahí, aprovechando el tiempo que tenía antes de que el atacante llegará, agachó la cabeza. —¿Estás bien?—- se detuvo de repente al notar a la persona que estaba cargando, Edogawa Conan, su pequeña alma gemela. Él cual, lo estaba viendo a los ojos...

La palma de la mano de Kaito que sostenía la espalda de Conan comenzó a sentir el latido de su corazón acelerar de pronto, mientras que él miraba como sus bellos ojos azules se agrandaban a través de sus lentes. Su boca se abrió y se cerró más de una vez.

Antes de que de repente todo parase, su boca y sus ojos se cerraron al momento en el que su cabeza se desplomó. El latido comenzó a bajar y Kaito se asustó.

¿¡Está muerto?! Fue la primera duda que asaltó a Kaito, pero cuando vio su pecho subir y bajar, resoplo y concluyó que sólo se había desmayado.

Kaito sabía lo impactante que puede ser encontrar a tu alma gemela y poder ver los colores por primera vez. Pero, ¿tanto como para desmayarte? Aunque si Kaito lo analizaba seriamente, Conan estaba siendo apuntado por un arma de fuego antes de que él llegará. Su situación ya era bastante estresante incluso antes de que el factor "alma gemela y colores" se agregaran a la lista.