June Haverly.

Prólogo.

Cabello rubio y ojos verdes.
Un cuerpo de infarto y una personalidad de mil amores.
Niña bien, que quería dejar de serlo.
June solo tenía 23 y ya era una estrella mundial.

—June, preciosa, te juro que nunca te haré daño. Yo solo quiero que tengas nuevas experiencias.—Dijo él, prendiendo el cigarrillo de marihuana frente al rostro de June.

June suspiró y asintió, unos segundos después le dio una calada al cigarro.

[...]

Demacrada, adicta y pérdida.
En eso se convirtió June dos años después.
La chica se encontraba en un barrio de mala muerte, el cual era ahora su hogar, follando con el primer chico que había encontrado mientras fumaba. Ya no podía dejarlo. Era su vicio, al igual que la cocaína, la heroína y otras drogas.
Su novio, el que la había llevado a todos esos problemas la había dejado por una chica más joven, más bella, más inocente. Por una chica nueva a cuál corromper.
Su carrera había sido arruinada por su propia drogadicción y alcoholismo.
Los medios la describían como una puta. Una adicta. Una desviada. Pero a ella ya no le importaba. Ni siquiera se daba cuenta, puesto a que las drogas habían hecho que ya no se diese cuenta de nada.
Eso era su vida ahora. Drogas, sexo, drogas, sexo, y se repetía el mismo patrón cada segundo.

[...]

La rubia se encontraba en casa de su madre, puesto a que su hermana la había llamado. Estaban todos preocupados por ella.

—¡June, es enserio que tienes que parar! Ya destruiste tu carrera, por lo que tanto trabajaste, ya perdiste a todos tus amigos, estás a nada de perdernos a nosotros... ¿Sabes qué es lo siguiente? ¡Te vas a morir, June! —Dijo su hermana angustiada, molesta, nerviosa, triste, y muchas más emociones negativas.

June estaba tensa, harta. No se había inyectado, inhalado ni fumado nada en cinco horas. Necesitaba eso ya, y si su hermana seguía la iba a matar, realmente.

La rubia se levantó y arrojó todos los panfletos de clínicas de rehabilitación que ataban en la mesa.

—¡Ya me tienen harta todos ustedes! ¿¡Ustedes creen que esto me importa!? ¡Me vale medio pito, es enserio! ¿¡Y que si los pierdo!? ¿¡Y que si me muero!? Es muy mi puta vida y a ustedes debería valerles verga, ya me harté de ustedes.—Dijo antes de salir de la casa. Llamó a un chico que conocía y quedaron en un feo motel de paso.

[...]

El chico y June ya estaban en el motel, acababan de follar en todos los lugares imaginables de la habitación, y ahora la chica se encontraba sentada sobre un mueble con las piernas abiertas, fumando un cigarro de marihuana mientras el chico le inyectaba heroína en las venas.
El cuerpo desnudo de June dejaba ver varios moretones, cortadas y cicatrices que ella misma se había provocado, más en la parte del abdomen y las caras inferiores de sus piernas. Hacía eso cuando no se drogaba en más de doce horas, era su "alivio".
Unas horas después el chico se fue, dejando a June sola en el motel, drogandose de nuevo.

[...]

Un día después una chica entró a hacer limpieza en el cuarto, creyendo que estaba desocupado.
Se llevó un gran susto al ver el cuerpo de June en el suelo.
Tenía unas jeringas al lado, bolsas de cocaína por toda la habitación, un cigarro de marihuana en su mano, y sangre seca en su nariz.
La chica estaba muerta. June Haverly había muerto de una sobredosis.

KSGJEKDJDJDNDNNXMCMDKXKXKD ES LO MÁS OSCURO QUE HE ESCRITO EN MI VIDA. LO AMO A LA VERGA ESTO SI LO
SEGIRÉ Y TERMINARÉ.