(29) Asignatura Pendiente

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  • Dedicado a Hilda Ruiz
                                    

El día del entierro de Elisa fue el más duro para Karla. Si ver su cuerpo teso en el suelo fue difícil, peor fue aceptar que ya no la vería más físicamente. Todos los recuerdos, todos los momentos lindos, todo, todo corría por la mente de Karla, deseando saltar en aquel hueco que se tragaba a su amiga y abrazarla lo más fuerte que pudiese y pedirle perdón, decirle que no solo la quería, que la amaba. La amaba porque fue su hermana, fue esa desconocida que le extendió la mano desde un principio y siempre se preocupó por ella. Después del amor que recibió de su madre, el que le seguía era el de Elisa y ya había perdido a esas dos mujeres.

Edgar se encontraba a un lado de ella, mientras que Berenice estaba en el otro. Increíble que toda la familia de Gustavo dijo presente durante todo este proceso y apoyaron todo el tiempo a Karla. Gustavo no se quedó atrás, pero Karla, dolida aun, no le permitía acercarse a ella.

Cuando el ataúd estaba ya por completo dentro del hueco, Karla se acercó lanzando una rosa que llevaba en su mano.

"Adiós mi hermana" dijo ella desplomándose en el suelo a llorar.

Edgar y Berenice corrieron a su lado, ambos abrazándola a la vez. Gustavo se mantenía solo observando, deseando poder consolarla, pero sintiéndose impotente de no poder hacerlo.

"Porqué?" preguntaba Karla mirando a Berenice quien lloraba con ella. Tal vez esa mujer no había conocido a Elisa, pero le destrozaba el alma ver a Karla de esa manera.

"Mi amor, todo lo que sucede, sucede por una razón. Es dolorosa la pérdida de tu amiga, pero ya no sufre, ahora es tu ángel guardián. Ella te cuidará desde el cielo; eso te lo aseguro" le decía Berenice pasando su mano por el cabello de ella.

"Ven Karla, vamos a que comas algo. No has comido nada desde ayer" le sugirió Edgar una vez ya todos se habían marchado de allí.

"No, no quiero nada Edgar. Solo quiero quedarme un rato más aquí. Por favor?" le imploró Karla.

"De acuerdo, respetaré el espacio que quieres. Pero, Berenice y yo regresaremos en unos minutos a buscarte y tendrás que comer algo."

"Te lo prometo Edgar."

Berenice y Edgar partieron de allí. Karla solo lloraba, observando el lugar donde los restos de su amiga descansarían.

"Te me fuiste cuando más te necesitaba. Tú hubieses sabido cómo ayudarme; tú siempre tenías una respuesta para todo. No sabes cuánto te voy a extrañar" decía ella limpiando su rostro inútilmente, pues sus lágrimas no tenían control. "Perdóname Elisa, perdóname por no haber hecho nada por ti...perdóname por no haber llegado a tiempo...perdóname por haber permitido que ese desgraciado te hiciera esto. Te abandoné por alguien que...nunca debí alejarme amiga, nunca debí irme del apartamento."

"No es tu culpa Karla. Tú intentaste abrirle los ojos cuando sucedió la primera vez, la cuidaste, estuviste ahí con ella. Esta vez, fue lamentable, pero no es tu culpa" le dijo Gustavo caminando hasta su lado, esta levantando su cabeza para mirarlo.

"Gustavo, si no me hubiese ido, ese desgraciado no se hubiese mudado."

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