Niega con la cabeza, no entiende que dentro de mí existe algo que me impide tener sentimientos, que no me permite ni siquiera darme el lujo de sentir lástima por ella y por sus lágrimas.

— Mírame, te crié, te quiero. —Suplica.

— Vete al convento.

Ella callada me mira y yo vuelvo a caminar dejándola atrás.

— Pido todas las noches a Dios que algún día recuperes la humanidad de la que careces.

— Pídele a Dios por ti, suplícale que te haga olvidarme y no me busques nunca más. —Digo serio.

— Tú no eres malo Myke. —Asegura.

— ¿¡Acaso tengo qué recordarte todo lo qué hice!? —Grito.

Ella se asusta y entonces lo entiendo, la bestia está aquí.

— Tus ojos.

— ¡Lárgate!

Aferrada a mi, niega con la cabeza, me aparto y soy yo quien se marcha.

YULIMA TYLER.

Me encierro en mi habitación ignorando la bronca de mis padres e incluso los comentarios de mi hermano.

Vuelvo a ponerme los auriculares y cierro los ojos dejándome invadir por la música hasta que me quedo dormida.

••••••

Abro los ojos, son las 8:00 pm, he dormido tanto que las horas se me han pasado voladas, como si hiciera días que no pego ojo.

— Yuli, me ha costado que me permitan venir a verte. —Dice Janet entrando por la puerta.

— Joder Janet, piérdete ¿Quién te ha dejado entrar aquí?

— Tu hermano, quiere librarse de ti.

— Imbécil. —Resoplo.

— Vale, la cagué sacándote anoche de casa pero nos divertimos ¿O no?

— Claro, salvo por el pequeño detalle de que casi me atropellan, ah y como olvidar la noche que he pasado en comisaría rodeada de gente que no conozco.

— Tía, tienes la misma ropa ¿No te has duchado cerda?

— Me he dormido y no me cambies de tema ¿Sabes la noche qué he pasado?

— Delante de ti había un chico guapísimo.

Pongo los ojos en blanco, agarro la almohada y me cubro la cabeza con ella.

— Vete a la mierda. —Digo borde.

— ¿Sabes? He investigado sobre él, bueno, por lo menos lo he intentado.

— No quiero saber nada, es un desconocido, no me interesa. —Aseguro y ella ríe.

— No mientas que te he visto embobada varias veces mirándolo.

— ¿Por qué mientes? —Pregunto molesta.

— No miento, a lo mejor tú no lo has notado. —Responde riendo.

— Bueno, me da igual, no me interesa ese chico.

Se queda callada, me quito la almohada de la cara y me mira con el móvil en la mano.

— ¿Qué?

— No tiene móvil, pero he podido averiguar algo entre sus amigos, me han dicho poco, pero algo es algo.

— Janet que no me importa tía.

— Júramelo. —Insiste.

— Te lo juro. —Digo a la vez que encojo los hombros.

Me pongo en pie, saco ropa limpia de mi armario y preparo la bañera para darme un baño.

— Lo llaman la bestia. —Dice ella.

Pongo los ojos en blanco.

— Janet, basta ya. —Exijo.

— Tiene un carácter extraño, casi nadie ha conseguido mantener una conversación con él por más de diez segundos y es un tanto agresivo.

— ¿Agresivo en qué sentido? —Pregunto interesada.

— ¡Ajá! ¡Te interesa! —Exclama.

— ¡Qué no! ¿Sabes? No lo digas, no me importa.

Ella ríe a carcajadas, se acerca a mi y pone la mano en la pared.

— Según dicen, no hay nadie en su grupo de amigos con los que no se haya peleado, es más, aseguran que a veces parece que tiene segunda personalidad, ya sé, algo raro.

— ¿Bipolaridad tal vez o un trastorno?

— ¿Te lo tomas en broma? —Pregunta cruzándose de brazos.

— Pues si porque ese chico me da igual. —Respondo terminando de arreglar todo para el baño.

— Mm, tengo una fotografía.

La miro de reojo, como si mi subconsciente estuviera interesada en él más de lo que yo creo estarlo.

— Pues muy bien.

— No es gran cosa, una fotografía recortada de una foto en grupo de la que él ni siquiera sabe nada —Hace una mueca con los labios- pero en fin, aquí está.

Me la enseña, efectivamente sale distraído, con la misma chaqueta que traía cuando lo vi por primera vez y con un cigarro entre sus labios.

— Odia las fotos, si se entera de esto es capaz de moler a golpes al que la hizo. —Ríe.

— Que exagerada.

Entro en el baño, ella me persigue y la miro frunciendo el ceño.

— ¿Me vas a perseguir también cuándo estoy apunto de desnudarme? —Pregunto riendo.

— Ni que fuera la primera vez que te he visto en pelotas, además, hemos crecido juntas —Resoplo.

Entro en la bañera, ella se sienta sobre la taza del retrete y sigue hablando del dichoso chico de ojos verdes.

— ¿No vas a dejar qué me relaje?

— El último dato. —Asegura.

— Sorpréndeme. —Cierro los ojos.

— Es un dato bastante curioso, ninguno de sus amigos ha sabido decirme su nombre, es más, nadie sabe su nombre, solamente su apodo, un apodo curioso también. —Abro un ojo— bestia.

— ¿Qué apodo de mierda es ese? —Pregunto riendo.

— Pues el que tiene. —Responde riendo.

— No puede ser que nadie conozca su nombre.

— He preguntado a cinco de sus amigos e incluso al chico este de las carreras y nada, como si no tuviera nombre, solo la bestia.

Es lo más extraño que he oído nunca ¿Bestia?

¿Entonces el nombre qué me susurró era inventado?

Redes:

Instagram: rafivalderramac
Twitter: rvalderramaa1
Gmail: rafivalderrama3@gmail.com

Gracias, les quiero. ❤️‍🔥

En los ojos de la bestia ® [01]Where stories live. Discover now