Capitulo Dos

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Capitulo 2

Desperté temprano esta mañana, sabía que para Kate, era muy importante este día, llevaba repitiéndolo docenas de veces durante todo un año, era tan hermosa cuando suspiraba y  recordaba como planearía este día, aunque muchas veces le dije que las mejores cosas se dan sin planearlas. Desde que Kate llego a Seattle he tenido otra perspectiva con respecto a muchas cosas y varias de estas se me han dado de una manera diferente, el día que ella apareció me di cuenta de que era especial, aun lo es. Pero… tal vez no de la misma forma que soy para ella.

Desde un principio  que conocí a Kate supe que ella gustaba de mí, lo note porque siempre tomaba un  mechón de su castaño cabello y lo pasaba tras la oreja y no paraba de tropezarse con cualquier cosa y hacia que mis mejillas siempre estuvieran color rosa, me parecía un lindo gesto de su parte, pero con el tiempo he querido aprender a quererla como ella a mí, pero nada ha avanzado.

Traía su cabello en una coleta alta, sin nada de maquillaje, ropa deportiva y le sonreía a su teléfono se  veía hermosa, porque Kate era eso, una chica hermosa y particular. ¿Por qué no se lo he dicho antes? Ya es tarde, ya ha pasado un año y aun sigo sin amarla ¿Por qué no se lo digo? Porque soy un cobarde y este no es buen momento para hacerlo, ya no lo era ningún momento.

-Sigo sin creer que lo hayas hecho tu, ¡Marcos no cocinas! – me miro con los ojos entrecerrados y sonreía con picardía, era una de las tantas cosas que me gustaba de ella, sus gestos eran únicos y solían dejarla al descubierto.

-¿Dudas de mis habilidades en la cocina?

-desde la lasaña del verano,  he empezado a dudar de tus dotes en la cocina.

Solté una carcajada contagiosa, en el verano pasado los padres de Kate me invitaron a cocinar… ellos sabían perfectamente que yo no sabía siquiera hervir agua, pero aun insistieron, preparamos lasaña, lo cual me sobrepase con los condimentos y quedo exageradamente salado, tanto que no se podía comer, la señora Susan me había dejado solo en la cocina, Kate había salido por unas frutas y helados, el señor Kevin preparaba el jardín trasero junto con Valeria, fue un desastre de mi parte, me sentí apenado… aquella mañana sentí que mis mejillas volvieron a retomar sus tono rosado, aunque nadie dijo nada, me di cuenta de sus gestos.

-¿Esto es una hoja de la planta de la cocina?- grita alarmada Valeria cuando saca de su boca una hoja, me hundí mas en mi asiento mientras el resto reía a carcajada, eran una familia muy alegre ¿Cómo había llegado eso ahí?

-Algún día te enseñare a cocinar, muchacho- El señor Kevin deja el plato de lado y se levanta tomando un trago de su zumo – Por suerte, hay ternera en la nevera.

-¡Lo siento!- dije por enésima vez, Kate me abrazaba y sonreía tiernamente ¿A caso era el momento para eso? He arruinado el almuerzo.

Ella enmarco mas la ceja y cruzo sus brazos, era realmente extraño que me conociera también, a pesar de que nunca fuimos mejores amigos, solo amigos y bueno, actualmente novios.

-¡Bien! Compre la mezcla, solo es de untarle leche, y un huevo no están difícil

-¡Lo sabia!- grita victoriosa, mientras me sentaba en mis piernas, me dio un beso de esos cálidos y tiernos ¿Por qué no sentía nada? ¡Dios perdóname si en algo estoy haciendo mal! Pero no la amo, como ella a mí y es algo que ya no puedo echar para atrás, le haría tanto daño.

Desde que comencé a fijarme en las chicas, siempre han sido solo ligues, nunca he sentido más que atracción, nunca me he enamorado y Kate es la chica con quien más he durado, no quiero hacerle daño, porque me lo haría a mí, me gusta, es una chica tierna y atractiva, cumple con mis expectativas pero no la amo. Ese es el detalle. Tampoco entiendo como no he terminado esta relación, algo me lo impide y no sé que es.

-¿Sabes? Aun no te he comprado nada- dice mirándome cabizbaja, sonreí y la tome de la barbilla, mordía su labio como si me molestara aquello, realmente no.

-No te preocupes, te he dicho…

-Que lo mejor se da sin planearse- dice al unisonó y vuelve a besar mi mejilla –Exactamente cariño, luego veras, aunque no me importa mucho, tranquila.

-¿Qué no? – vuelve a ponerse de pie y toma una tostada fría y la muerde un poco preocupada, se veía tan graciosa cuando algo le preocupaba mordía sus labios y su mirada era cabizbaja como un niño que ha sido regañado. – Has preparado el desayuno, debo aceptar y decir que te quedo divino.- suspira y le da otro bocado a sus tostada untada de chocolate – y yo... no he hecho nada, ni siquiera te he dicho…

-¡Feliz Día, princesa!- interrumpí mientras mordía de su tostada y besaba su mejilla, estaba tensa, preocupada, pero no era de que preocuparse, no me importaba que no hubiera planeado nada, yo no lo hice. Solo he estado improvisando desde que desperté. – Deja de hacerte un martirio en esa cabezota, te he dicho que lo dejes así.

Esta se voltea para abrazarme y hace un puchero.

- ¡Feliz Día!-

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⏰ Last updated: May 19, 2019 ⏰

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Tu, antes que nadie. (Yohemelys Brette)Where stories live. Discover now