¿Destinados a estar juntos? (Sin editar)

Capítulo 14: Adiós, Joe.

—Veo como la miras, Joe —escucho su voz, casi llega a ser un susurro, lleno de lamento. Me volteo lentamente frunciendo el ceño con preocupación— La miras como si fuera lo más perfecto que hayas visto antes.

—Stella... —intento detenerla. No es necesario seguir torturándose.

—Es lindo, en serio, me alegra... que uno de los dos haya podido avanzar —me interrumpe, bajando la mirada y hablando como si tuviera un nudo en la garganta— Pero, ¿Por qué ella, Joe? Sabes que es prácticamente imposible. Es una adolescente y su relación prácticamente no tendría futuro.

Aprieto mis labios, tragándome mis palabras al respecto. Algo que me molesta demasiado es que me digan que me conviene o que hacer. Es mi vida, mis decisiones, si lo arruino el único afectado soy yo, así que me parece innecesario que opinen.

—Eso sólo lo dirá el tiempo —respondo dispuesto a irme, siento mi celular vibrar en el bolsillo de mis pantalones. Seguramente debe ser Sophie para avisarme que encontró algo nuevo— Espero que pronto estés bien, Stella.

Stella eleva la mirada, dejándome ver sus ojos azules cristalizados por las lágrimas que acumulan. Una pequeña sonrisa se mantiene en sus labios, aunque sé perfectamente que no expresa ningún sentimiento alegre o cercano a ello. Da unos pasos acercándose a mí.

—Yo también lo espero, Joe —asiente posando una de sus manos sobre mi brazo, llevo mi mirada allí unos segundos y luego vuelven a sus ojos— En serio les deseo lo mejor y si esa chiquilla te lastima, me enojaré mucho —agrega con un poco de diversión.

—Oh, ven aquí —le digo riéndome y trayéndola hasta mí pecho.

Stella se mantiene entre mis brazos y cierra los ojos con fuerza. Me da mucha tristeza que siga dolida por el fin de nuestra relación y en verdad me gustaría poder ayudarla, pero ¿Si quiera eso es posible? ¿Ayudar a alguien a superarte? Eso sí sería una misión un tanto imposible. Por eso le daré su espacio y simplemente le desearé lo mejor, así como ella en mi confusa relación con Sophie.

Un pinchazo fuerte me toma por sorpresa y mis extremidades se congelan. Tan rápido como este frio se instala en todo mi cuerpo, mi peso ya no es soportable y mis ojos se cierran.

EITHAN

Han pasado días. No los hemos encontrado, ni siquiera una llamada para darnos un lapso y darles lo que desean, lo único que tenemos son los textos y los nombres. Estos últimos son innecesarios, algunos inclusive mantienen muy buena relación con el presidente. No puedo evitar preocuparme, extrañar y tener miedo de no volver a ver a Olivia.

Por otro lado, también extraño a Skyler. No decirle nada en absoluto, me costó, pero no podría mentirle otra vez. Sé que si le decía insistiría en venir conmigo y obviamente me negaría, pero entonces se quedaría y estaría nerviosa por lo que pueda pasarme. Por eso decidí mantener todo en secreto y explicarlo después.

De sólo pensar en que mis padres piensan que Olivia está con su prometido, tranquilos y descansando, y que yo estoy en Manhattan visitando a mi tío Nathan, me hace sentir mucho más culpable. ¿Si no la encuentro como les diré? No me animaría a ver cómo rompo sus corazones al decirles que no pude encontrar a Olivia y que les estuve mintiendo todo este tiempo. Por eso debemos encontrarla, por más que tenga que dar mi vida a cambio de ello.

Mi celular vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón y lo saco con lentitud, preparado para leer el mensaje de Sophie.

"Por favor trae a Derek devuelta. No puedo despedirme porque mamá prácticamente casi me saca de los cabellos, ¿puedes creerlo? ¡Qué vergüenza! En fin, gracias por estar conmigo durante esto. ¡Mucha suerte!"