Aproximadamente tardamos en llegar media hora, había un poco de tráfico, mi mamá me estaba esperando para poder pagar y saber qué sucedía conmigo.

—¿Qué sucede Sarah?, ¿te hizo algo Christian o su hermano?

—No, quiero irme lejos de todo, por favor mamá.

—¿Qué estás diciendo?

—No quiero seguir aquí, no puedo seguir.

—¿Qué diablos ha pasado?

—Por favor mamá.

Ella no me decía nada, me abrazó y subimos al despacho, me llevó directo a su oficina, me quedé sentada mientras ella hacía unas llamadas, habló con su jefe y regresó a mi lado.

—Te vas a ir con tu papá.

—No lo conozco, ¿cómo puedo irme con él?

—Hemos estado en contacto, él está emocionado por recibirte.

—¿Cuándo?

—Mañana tomarás un vuelo.

—¿Tú no vendrás?

—No puedo dejar mi trabajo, mi jefe necesita que me quede, además tengo clientes que necesitan una resolución.

—Está bien.

—Empaca un poco, tu padre dijo que allá te comprará ropa.

Era una decisión drástica, pero era lo mejor para mí, evitaría ver a Adam y que me hiciera daño, pero también dejaba a la persona que me quiere y ha hecho mi vida amorosa mucho mejor. Me quedé en la oficina de mi madre en lo que ella continuaba trabajando, su oficina tenía una vista hacia la ciudad, era hermoso, daba tranquilidad, me quedé pensando en todo lo que había vivido en cuestión de poco tiempo.

—Sarah, tu celular no para de sonar.

—Ahora lo apago.

Antes de apagarlo me percaté que me llamaba un número que no tenía registrado, era imposible que fuera Christian, a menos que me llamara desde su casa. Respondí y escuché su voz.

—Sarah, ¿qué sucede?, ¿te lastimé?

—No.

—Háblame por favor, me tienes preocupado, no sé ni a dónde fuiste.

Permanecí en silencio, pero mis lágrimas comenzaron a salir de nuevo, mi madre no quería verme así, se levantó y tomó mi teléfono.

—¿Bueno?

—...

—Christian, dale tiempo a Sarah por favor, está afectada por todo lo que ha sucedido, en cuanto ella esté mejor, se comunicara contigo.

—...

—Lo entiendo, pero es preferible que le des tiempo, sé que te tiene cariño, ella se comunicará, por favor.

Mi madre terminó la llamada, guardó mi teléfono, me quedé sentada observando todo a mi alrededor, pero realmente no prestaba atención a nada de lo que sucedía, no tenía cabeza para eso. Alrededor de las nueve de la noche mi madre me dijo que podíamos ir a casa, por fin descansaría un poco, aunque tenía que preparar una maleta.

Llegando a casa ella me ayudó a preparar la maleta, sabía que necesitaba alejarme de todo, aunque también debía dejarla. Terminamos alrededor de las once treinta, me dispuse a dormir, necesitaba olvidarme un rato de todo, mi mente debía estar despejada para lo que me esperaba, me iba a ir a un país completamente desconocido, iba a convivir con un extraño.

¿Sólo yo?Where stories live. Discover now