Sin retorno

SIN RETORNO

-Buenos días.- Saludaste sonriendo, pasando por mi lado, tan cerca que casi sentí el suave roce de tu chaqueta.

-Buenos días.- Respondí mientras mis ojos te seguían hasta que tu figura se perdió tras una puerta.

Suspire y me pregunté cómo es que llegue a este punto.

Fue repentino, casi desapercibido, pero las cosas cambiaron y de ello no había retorno.

No cuando mi corazón se acelera al escuchar tu voz y mis ojos te buscan al entrar a una habitación.

Ni tampoco cuando mi pecho duele al no encontrarte y la desilusión en mi rostro es tan evidente que los presentes preguntan si pasa algo y es entonces cuando me toca disimular, porque no podría permitir que alguien supiera mi secreto.

Que yo también padezco ese sentimiento que parece tan mundano y del que tantas veces me burle

¡Pero que absurda fui!

No es para nada insignificante, al contrario sería más feliz y productiva, si mi mente no se distrajera al pensar en tu nombre. Ahora me doy cuenta que no hay nada que no me guste de ti, me encanta tu inteligencia y los gestos que haces cuando algo te desespera, la forma en que mueves las manos al expresarte y ese brillo en tus ojos que aparece cuando tienes la respuesta correcta a algún problema.

-¿Puedes ayudarme en algo? - Sorprendida levanto la mirada hacia arriba para encontrarte frente a mí, observandome con ese brillo tan cautivador, como si supieras mi secreto.

Sonríes y yo suspiro.

Si, no hay retorno de ello.

¡Espero les haya gustado!