Parte 3

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Odiaba cada trozo de la tela que me cubría, no podía sino pasarme de frío. Me encontraba sentada en el techo de una casa abandonada, mi mochila a un lado y los binoculares colgando de mi cuello. Suspiré por enésima vez esa tarde, esto era absurdo.

Ya pasaban las 19:00, y por extraño que parezca deseaba ir a esa cena familiar. Estiré mis piernas, dejándolas colgar y jugando un poco con ellas, la fría pared me daba contra la piel expuesta que dejaba ese pantalón corto convirtiendo cada parte de mis piernas en carne de gallina. Mi panza rugió exigiendo un poco de comida, y dando un último vistazo a mi objetivo, rebusque en la mochila lo que sería mi "Cena" en esa ocasión.

Cuando llegue a la dirección acordada, fue inevitable sonreír ante lo que veía. A mis padres les encantaban las casas de ese estilo, uno antiguo que preservaba completamente el aire a siglo XIX pero completamente renovado al punto de parecer creado hace tan solo unos meses.

El amplió portón que rodeaba la casa, era lo único que consideraba "Moderno". Al tocar el timbre una voz me pidió mis datos y luego un tiempo para confirmar lo dicho. Suspiré debatiéndome en salir corriendo de allí o afrontar las cosas como siempre las estuve haciendo desde la tragedia. Cuando las puertas se abrieron mi decisión ya estaba tomada, no podía huir, el solo gesto implicaría mucho más que una reprimenda de Marmota, ahora la vida de mi familia dependía de lo que hiciera ese día.

Dos sujetos me recibieron, vestían igual a los anteriores y me acompañaron en silencio hasta la puerta de entrada. Una vez dentro de la casa, me dejaron sola en la sala. Aproveche el tiempo de soledad para detallar todo el interior.

Una enorme escalera nacía en mitad de la sala y se perdía justo al momento en que el piso de arriba se formaba. Tres espacios estaban distribuidos por alrededor de la escalera y ninguno portaba una puerta, todo se encontraba increíblemente iluminado lo que le daba brillo a la casa. Escuchaba los suaves murmullos y algunos ruidos provenir de alguna parte de la casa.

Contemplé la figura de una joven caminar hasta mi posición, vestía el clásico uniforme de sirvienta que se acomodaba a su cuerpo dejando ver las curvas, que seguramente cuidaba en tener.

- Señorita- Hizo una corta reverencia que devolví con un movimiento de cabeza- ¿Me hace el honor de seguirme? La señora la está esperando en su despacho- Señaló con su mano uno de los espacios- Asentí sin pensarlo y comencé a seguirla.

El pasillo era corto, solo unos cuantos pasos y la enorme puerta de madera pintada de un marrón oscuro, se hizo presente ante nuestros ojos. La joven golpeó suave, y esperó por una respuesta al recibirla se adentró en la habitación saliendo segundos después.

- La señora le permite la entrada- Murmuró, haciéndose a un lado permitiéndome el paso.

Ingresé desconfiada, escuchando la puerta cerrarse cuando ya estuve dentro. El despacho no era muy grande, podía compararlo con el tamaño que portaba mi habitación. Sus decoraciones no iban más allá de un sillón chico, una biblioteca un tanto vacía y un escritorio con tres sillas.

- Pensé que no aceptaría- Cortó el denso silencio que se formó- Temía haberla asustado con la propuesta

- No es como que pudiera negarme- Mascullé entre dientes, realmente las apariencias engañaban

- Disculpe mi impertinencia al hablar con su hermano, en realidad me pareció importante devolver su teléfono.

No dije más, no era necesario. Las cosas ya estaban dichas, los sucesos ya habían ocurrido, reclamar por algo tan absurdo como eso no era el motivo que me había llevado a esa casa. El miedo de que aquella psicópata pudiera hacerle algo a mi familia era lo que me había impulsado a aceptar esa horrible propuesta.

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⏰ Last updated: May 19, 2019 ⏰

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