Solo amigos *Editando*

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Dos meses después…

Todo iba bien en casa, estábamos viviendo con Margaret. Felipe aun peleaba con ella porque pasaba mucho tiempo con ella y no con él, siempre me hacia la enojada y me acostada para no enojarme de verdad. Cuando estaba acostada, los dos iban a pedirme perdón y me decían que no pelearían mas –cosa que nunca fue cierta– y ambos se acostaban a mi lado

–Mí amor –me llamo Felipe

–¿Dime? –me di vuelta a mirarlo

–¿Qué tal esta? –me mostró un florero realmente hermoso. Era blanco con flores moradas y pequeñas mariposas rosadas

–Hermoso –sonreí

–¿Cuántos? –pregunto sonriendo

–Creo que deberíamos ver otros también –sonreí

–Claro –beso mi mejilla

–Hermana –llego Margaret

–¿Qué pasa? –pregunte

–¿Qué… te parecen estas servilletas? –pregunto. Eran amarillas con fucsia

–¿No crees que son muy llamativas? –reí

–Si, Margaret. Se parece a la ropa que estas usando –la apunto y se puso a reír

–¡Ves que yo no soy la que empieza! –me reclamo

–Felipe, la ropa que esta usando Margaret es idéntica a la mía, ¿Qué tiene de malo? –me cruce de brazos

–De que a ti se te ve linda, y a ella no –le saco la lengua

–Eres un infantil –negué con la cabeza

–Pero me amas

–Mentira, porque me ama a mi –dijo Margaret

–Los amo a los dos –rodee los ojos– pero la verdad, amo mas a mi bebé –les saque la lengua mientras tocaba mi vientre

–Nos jodio –dijo Felipe triste

–Si –suspiro Margaret

…

Habíamos elegido los floreros que Felipe me dijo y el diseño de servilletas que había elegido Margaret, solo que color blancas con los bordes amarillos y con color fucsia justo en el medio nuestros nombres, “Kassandra & Felipe”.

La fiesta la íbamos hacer en la casa, así que estábamos preparando todo desde ya. Margaret, la esposa de mi padre y Felipe elegirían que iba haber en el banquete. Por lo que sabia, habían pedido probar varios postres. Tenían la cita para tres días más y la boda era en dos semanas, así que tenían varios días para elegir.

Mi padre me había llamado para citarme en el centro comercial, hoy iríamos ver el vestido. Me había pedido que a las 14:00 estuviera allí. Mi madre por otro lado, estaba viendo el vestido de las madrinas, y el traje de los padrinos.

Felipe, había elegido los padrinos y yo las madrinas; Su primo Maxi, y Jeremy, su mejor amigo del cual nunca había oído mencionar. Las madrinas eran Peyton, una amiga de la infancia, la esposa de mi padre y mi madre, quien estaba de acuerdo en todo

–Kassandra –llamo alguien a la puerta de mi habitación

–¿Si? –pregunte

–Acaba de llamar tu padre, me dijo si podías ir ahora –avisaron

–Claro, dile que salgo en cinco minutos

–Bueno –se alejo

¿Por qué habrá adelantado la hora? Pues da igual.

Busque mi pequeño bolso, en el cual eche mi móvil, dinero para el taxi y brillo labial

–Ya me voy –grite, para que cualquier persona que estuviera en la casa me escuchara

…

Habíamos recorrido cinco tiendas en donde vendían vestidos de novia. En el primero, me dijeron que no había de mi talla, ya que tenia mucho pecho y mucho trasero y una cintura de avispa, y por lo tanto, ningún vestido me quedaría bueno. En la segunda tienda me dijeron algo parecido, solo que con un vocabulario mejor expresado. En la tercera no me gusto ningún vestido. En la cuarta, solo había vestidos que llegaban sobre la rodilla y con un velo demasiado corto. En la quinta, la secretaria me dijo que solo tres me quedarían buenos, y ninguno de ellos me gusto.

–Bien, creo que deberíamos ir a comer ahora –dijo mi padre riendo

–Bien –sonreí apenada

–Hey, no estés triste, en alguna de las tiendas esta tu vestido, y tenlo por seguro que lo encontraremos –sonrió

–Claro que si –reí

–Ven, vamos –paso su brazo por mi hombro.

Llegamos a la última planta del centro comercial, donde habían lugares donde comer

–¿Qué quieres para comer? –pregunto mirando los lugares

–Pizza –dije sin pensarlo dos veces

–Entonces, comeremos pizza –camino en línea recta

–Genial –susurre para mi misma

–Hija –llamo mi padre– Esa que esta ahí, ¿No es tu madre?

Estaba de espalda a nosotros. Su mano entrelazada con la de un hombre un poco mas grande que ella.

–Si, creo –achine los ojos

–Que bien se lo tenía escondido –rió mi padre

–¿Qué tal si la vamos a saludar? –eleve una ceja

–No –negó rotundamente mi padre

–¿Por qué no? –fruncí el ceño

–Tienes que dejarla que rehaga su vida, al igual que yo –sonrió

–Es solo saludarla, papá

–Si ella no te dijo antes, es porque no esta segura, hija –sonrió

–Bien. Vamos a comer pizza y dejemos a mi madre a manos de un total desconocido, que quizás, solo quizás, la puede estar obligando a que se vaya con el para violarla –suspire pesadamente

–No digas estupideces –dijo mi padre enojado

–No son estupideces, uno nunca sabe como son las personas. Tu eres un ejemplo –lo apunte

–¿Yo? –pregunto sorprendido

–Si. Yo pensaba que eras un loco maniático y feo que me asesinaría si iba a su casa a molestarlo, y mira –lo apunte–. Eres todo lo contrario, menos feo. Lo feo te queda ahí –reí

–Hija –dijo mi padre riendo– eres igual a mi. Mírate en un espejo, y luego me miras a mi. Nadie podría decir que no eres mi hija

–Y yo que te daría la mano para que pensaran que éramos novios –suspire apenada

–Estas demente –beso mi cabeza

–Lo se –reí

–Te quiero, hija –sonrió

–Y yo a ti –sonreí

 ***

Biiiiien!

YA ESTAMOS EN LOS ULTIMOS CAPITULOOOOOOS

Me da tanta pena):