IV

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Otra vez tarde. ¿Tanto le cuesta salir temprano? Ya hace 20 minutos que estoy acá sola. La seño mira a cada rato y sigue corrigiendo. Están esperando que me vaya para cerrar la escuela. Ya llamaron a mi mamá y a mi papá. Él se demoró. Como siempre. Algo pasó en la oficina; otro urgente. ¿Por qué todo es tan urgente? ¿No puede esperar hasta mañana? Si mañana va de nuevo al trabajo y pasado mañana también. ¿Cuánto tienen que trabajar las personas? Ahora, si él llega tarde es un drama. Lo pueden echar y todo. ¡Qué injusto que me tenga acá esperando! Para eso me hubiera ido a lo de mamá o a lo de la abuela Hilda. Me ve dos veces por semana y encima me clava acá esperándolo. Con las miradas de pena y enojo de la gente que no se puede ir a su casa. ¿Llegará antes de las seis? Toto me contó que cuando se separaron sus papás el año pasado también fue un quilombo. Tenían que trabajar un montón porque alquilaban y, bueno, fue difícil la mudanza y eso. Dice que con el tiempo se fue arreglando todo. Somos los únicos con papás separados en el curso... Los chicos todavía nos miran raro, como que se ponen incómodos cuando digo que me fui de mi papá o que no viene a mi cumpleaños. Mi abuela también dice eso del tiempo... Pero, ¿cuánto tiempo más necesitan? 

Ser o PertenecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora