Capítulo 8 Hay algo en mí

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-Me lo dijeron en confianza, estábamos hablando de otras cosas en el estudio de Manu y llegó Joe a preguntar unas cosas y bueno, yo estaba allí. -confirmó rascándose la cabeza. -Pero te aseguro que no le he dicho a nadie.

- ¡Más te vale! -amenazó apuntándole con el dedo.

- ¡Uy! la leona va a sacar las garras. -se burló apartándole la mano.

Eso hizo reír a Miriam.

Terminaron de desayunar y Miriam se ofreció a fregar todo lo que habían usado.

-Si de verdad quieres agradecerme la hospitalidad, compensarme enseñándome tu canción. -pidió quitándole los platos a Miriam para colocarlos en el lavavajillas.

Miriam lo pensó mucho mientras ayudaba a Pablo a recoger. Le daba mucha vergüenza, era algo hecho por ella e iba a enseñárselo a él, a una persona que admiraba profundamente.

Finalmente, armándose del valor que la caracterizaba cogió una guitarra que tenía Pablo en el salón y empezó a tocar y cantar la canción. Al escucharla Pablo dejó lo que estaba haciendo y se sentó a su lado.

-¿No dices nada?-preguntó tímida al terminar, dejando la guitarra en su sitio.

-Tiene fuerza, una letra con mensaje potente e importante...está genial Miriam. -Es muy tú, tiene tu sello y eso es muy importante.

Miriam no pudo evitar sonrojarse ante las palabras de él.

-Muchas gracias, a mi me gusta, pero esas palabras viniendo de ti, son un gran alago. -aseguró casi eufórica.

Se lanzó a abrazarlo, lo que hizo que al separarse quedaran muy juntos. Se miraron en un silencio incluso un poco incómodo.

-Creo que debería irme ya. -dijo poniéndose de pie y por la cara de Pablo creyó intuir hasta cierta desilusión, pero él no dijo nada.

Le ayudó a pedir un taxi, terminaron de recoger y unos minutos después ambos iban a la puerta de entrada.

-Pablo, muchas gracias por todo has sido genial conmigo y...

-Deja de agradecerme y sólo tienes que considerarme ya un amigo, ¿vale?

-Me dejas quedarme a dormir, halagas mi canción y me ofreces tu amistad. ¡Tengo mucha suerte!

-No será para tanto. -dijo quitándole importancia mientras abría la puerta de la calle.

Ambos vieron el taxi parado enfrente. Miriam no sabía como despedirse de él y no podía dejar de estar agradecida con él.

-Muchas gracias...

-Cállate ya leona. -la cortó mientras tiraba de ella para darle un abrazo.

Después de asegurar que se volverían a ponerse en contacto pronto, Miriam se subió al taxi y Pablo volvió a entrar en su casa cerrando la puerta.

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Pablo había vuelto a la cocina cuando escuchó el timbre y una sensación de felicidad que en ese momento no supo explicar le invadió y en dos zancadas volvió a la puerta para abrir con una amplia sonrisa.

-A ver loca, ¿se te ha olvidado algo?

Armand que lo esperaba al otro lado, frunció el entrecejo.

- ¿Claudia no está en Barcelona?

Pablo que se había quedado anonadado con la visita sorpresa tardó unos segundos en reaccionar.

-Si. -afirmó haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

- ¿Entonces? Pablo, no me digas que te has liado con alguien más...

- ¡No! ¿Por qué crees eso? -negó con rotundidad cortando a su amigo mientras salían al jardín y se sentaban en la terraza, cada uno con una cerveza.

-No le has puesto los cuernos, pero una mujer ha estado aquí.

- ¿A qué viene el interrogatorio?

-Pero ¿qué te pasa? ¿Te has levantado de mal humor o qué?

-Estaba de un humor estupendo hasta que has llegado.

- ¿Y ese buen humor anterior era por cierta rubia de pelo rizado que ha salido de tu casa para subirse en un taxi?

Pablo iba a replicar, pero Armand lo cortó levantando la mano.

-No trates de engañarme, amigo, la he visto salir mientras estaba aparcando.

-Si lo sabes ¿para qué coño preguntas? -gruñó, el buen humor con el que se había levantado se le estaba acabando.

Hacía mucho que una mujer sin ser su pareja, a su madre no la contaba, que se quedaba a dormir en su casa, alguna amiga de Claudia se había quedado, pero claro, después del pedo que se había cogido, su novia y él le habían ofrecido la cama de invitados.

-Pablito-le regañó con una sonrisa de superioridad que hacía que Pablo se irritara más.

-No eres mi madre. -se quejó.

-Es que me gustaría saber si hay algo entre vosotros-hizo una pausa antes de tirar la bomba-ahora que voy a ser su representante.

- ¿Qué? -Pablo que estaba bebiendo acabó derramando parte de la bebida.

-Si, estás enfrente del representante de Miriam Rodríguez, la leona, una mujer con mucho talento. Me han enviado esta documentación esta mañana por correo. -sonrió entregándole la carpeta que había traído con él con la documentación que tenía que firmar en la próxima reunión que iba a tener con ella en Universal.

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De camino a casa estuvo mirando el móvil, varias llamadas de su novio, de sus amigos a lo cuales fue los primeros en contestar. Pablo le había dejado un mensaje en el contestador pidiéndole perdón por como se había comportado en la última conversación y le había dicho que tenían que hablar tranquilamente cuando tuvieran un hueco. Miriam lo pensó mucho y finamente dejó pendiente contestarle cuando estuviera en su casa.

Por último, vio un correo de Universal en el que se le informaba que ya le habían asignado un representante. La idea de su hermano había sido la primera para ella y los suyos, pero no podía ser egoísta y tener a Efrén siempre pendiente de ella, y no hacer su vida, así que cuando Universal le anuncio que tendría alguien para ayudarla con la preparación de su primer disco y todo lo que conllevaba, no había puesto pegas, Efrén estaría con ella todas las veces que quisiera y el tiempo se lo permitiera pero además tendría alguien cualificado para ello.

Leyó el nombre y sin ubicar a la persona, le sonaba su nombre Armand Martín, pero no conseguía terminar de recordar su cara o de qué creía conocerlo. Estuvo repitiendo su nombre hasta que la solución la atravesó. Ese era el representante de Pablo y no puso que fue lo divertido, pero empezó a reír sobresaltando al conductor.

-Perdón.

Se disculpó enseguida y sonrió, parecía que iba a tener la suerte de tener algo más en común con su nuevo amigo.



Espero que os haya gustado, a lo mejor no era lo que esperabais, ya me lo diréis con vuestros comentarios, ser libre de comentar. 

Gracias  por vuestras lecturas y estrellitas. ;)


Ellos y un piano: PabliriamNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ