“Los jugadores estarían arribando el jueves por la tarde, en el aeropuerto LAX ubicado en la ciudad de Los Ángeles perteneciente al estado de California. Según nos informan, llevarían  cabo, el viernes por la noche, una rueda de prensa en la sede”

Olvidé por completo el sobre de azúcar que había ido a buscar, viéndome más atenta e interesada por el canal deportivo (algo jamás antes visto). Tenía una vaga idea en mente que podía servir para salvarnos, tanto a mí como a Zoe, la calificación de fin de año en Literatura.  

—¿Necesitas algo?—preguntó, de manera amable, una de las cocineras cuando se dio cuenta de mi presencia.

Viré la vista de la televisión y me concentré en ella. Sonreí tímidamente.

—Si, ando en busca de un sobre de azúcar para mi cappuccino—un cappuccino que probablemente ya se había enfriado. En menos de tres segundos la mujer apareció con tres  pequeños sobrecitos en mano—Gracias—murmuré, tomando regreso a mí mesa.

Solo necesitaba un sobre pero no quería ser descortés.

Volví a tomar asiento frente a Zoe quien no esperó a que me acomodara para comenzar a hablar.

—¿Por qué no entrevistamos a Christian Grey? piénsalo—indicó apuntándome con su dedo índice y frunciendo el ceño—tú podrías llegar a ser Anastasia Steele, no te quedaría mal el papel.

La miré boquiabierta. Hablaba con tanta determinación que me dejó confundida.

—Estás de broma, ¿cierto?—alce una ceja—sin duda creo, o al menos espero, tener mucho más potencial que Anastasia Steele para las entrevistas—acoté—y, en segundo lugar, Christian Grey ni siquiera existe.

Zoe se llevó una mano al pecho, y me miró fingiendo dolor.

—Por supuesto que Christian Grey existe—exageró.  Rodee mis ojos y me concentré en el documento que llevaba varios minutos abiertos en mi Mac y en el cual no había introducido ni una sola palabra. Le coloqué la dichosa azúcar a mi dichoso, y frío, cappuccino—De acuerdo, solo bromeaba—volvió a hablar Zoe al percatarse de mi comportamiento.

Muchas veces me divertía con ella pero había momentos en que necesitaba que se tomara las cosas en serio. Siempre me estresaba y malhumoraba más de lo necesario con la Universidad, y mis amigas sufrían las consecuencias.

Quise reprocharle que no había pensado, y no había aportado, nada que nos ayudara y entonces caí en cuenta de algo. Apoyé fuertemente la tasa sobre la mesa y fije mi mirada en Zoe mientras las comisuras de mis labios se elevaban lentamente para formar una sonrisa.  Me gané una mirada llena de intriga por parte de Zoe.

¿Como lo había olvidado? me quise golpear mentalmente.

Yo si había tenido una idea.

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New YorkWhere stories live. Discover now