Capítulo 3 - El monstruo del Lago Ness

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                       CAPÍTULO 3 - EL MONSTRUO DEL LAGO NESS

En este momento comenzó la larga Odisea de Adán por Atlantis. Solo ahora comenzarás a comprender el verdadero poder los reyes dragón...

La guarida del dragón se iluminó por la luz del amanecer. Cuando Adán despertó, Tiamat no estaba, así que mientras esperaba a que volviese se dispuso a investigar la cueva. La guarida no era tan grande como esperaba y no tenía ninguna clase de tesoro; no había absolutamente nada, era una cueva redonda, triste y fría. De pronto, un gran resplandor blanco surgió tras Adán. Se dio la vuelta y vio a Cassandra, que caminaba con sus descalzos pies hacia él.

-Has hecho un gran trabajo con Tiamat, pero ahora comienza tu verdadera misión. Debes reunir todos los huevos de dragón de cada rey dragón que gobierna Atlantis. Estos huevos guardan un asombroso poder que nos ayudarán a salvar el mundo -explicaba Cassandra mientras que Adán la escuchaba sentándose en el suelo-. Comenzarás primero con Nessie, la reina dragón del agua. Esta criatura surgió hace mucho tiempo de la espuma del mar, por obra nuestra. Siempre ha sido pacífica y ha dado protección a su pueblo, pero algo la ha cambiado y ahora reina los océanos como una déspota, esclavizando a todas las criaturas de la zona. Su guarida reside en el Lago Ness; allí hay un palacio sumergido, donde guarda celosamente el huevo del agua.

Ya de por sí, derrotar a un dragón era difícil, pero cuando Cassandra le dijo que encima iba a estar bajo el  agua, cayó en la cuenta de un importante detalle que complicaría su misión.

-¿Cómo voy a derrotar a una criatura que puede permanecer días enteros bajo el agua? ¡Me ahogaré antes de que pueda llegar hasta ella!-exclamó Adán.

-Los esbirros de Nessie utilizan unas reliquias que dan a las criaturas acuáticas la capacidad de respirar fuera del agua. Tendrás que recuperar una de estas reliquias y llevarlas a una de las tribus primus que viven cerca. Ellos la modificarán para que puedas respirar bajo el agua. Ahora ve, no hay tiempo que perder-respondió Cassandra desvaneciéndose.

A Adán le habría gustado haberla hecho más preguntas, pero Cassandra desapareció antes de poder formular ninguna otra. Tras la conversación, Tiamat regresó a la guarida con cuatro vacas en cada zarpa. Las tiró en medio de la caverna y empezó a comérselas sin mirarle.

-Humano, come antes de salir. Si realmente tenemos que salvar Atlantis, no podemos irnos con el estómago vacío ¡Glup!-dijo Tiamat mientras tragaba un trozo de vaca.

Adán contempló a las vacas descuartizadas con asco. La carne de vaca estaba buena, pero… ¿cruda? ¡Ni de broma! Salió un momento de la cueva y, tras coger algunos palos y hojas secas, trató de hacer una fogata. Frotó intensamente un palo sobre un tablón de madera, pero no conseguía salir ni una llamita. Tiamat observaba, divertido, los inútiles esfuerzos de Adán. De repente una pequeña bola de fuego prendió los palos. Del susto, Adán se cayó de culo mientras que Tiamat se reía a carcajadas; de la boca del dragón salía un hilillo de humo.

-¡Ten cuidado! ¡Casi me matas! -se quejó Adán.

- ¡Aaaains! ¡Los humanos y su obsesión por el fuego…! Si los dragones no os hubiésemos enseñado a usar el fuego, no seríais tan quisquillosos con la comida -suspiró el dragón-. Cambiando de tema, cuéntame algo más sobre esa misión que dices que te han encomendado.

- Solo me han dicho que tenemos que recuperar los huevos de los reyes de dragón, pero no me han dicho para qué -explicó Adán. En ese instante el dragón dejó de comer. Recuperar los huevos de dragón supondría derrotar a sus respectivos guardianes, es decir, a los reyes dragón. Era una misión suicida, pero si los dioses confiaban en Adán, él también lo haría.

Dragons of Atlantis - La leyenda (Pausada)Where stories live. Discover now