Una llave al futuro.

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—Ven aquí.— susurro Daryl, al tener a la chica frente suyo.

Necesitaba ese abrazo, esos brazos que la envuelven y le hacen sentir segura, que todo saldrá bien.
Apoyó su cabeza en el pecho del cazador, y cerro sus ojos cansada, era un alivio poder estar nuevamente en casa con sus dos personas amadas.

—¿Tuvieron problemas para llegar?— preguntó la castaña, mirándole hacía arriba.

—El cretino de Dwight escapó.— dijo algo enojado.— Tara dijo que se fue con un grupo de salvadores.

—¿Y los delató a ustedes?— pregunto nuevamente preocupada, refiriéndose a Dwight.

—Podría hacerlo en cualquier momento, es un maldito traidor después de todo.—

—Ya lo hubiera hecho...— susurró la chica pensando que el rubio de rostro quemado siempre fue fiel a pesar de todo.

—¿Crees en ese hijo de perra?— Ellie miró sorprendida la reacción de Daryl.

—Ya no sé en qué creer.— susurró, sin quitarle la vista encima a su esposo.

Y suspiro cansada, no tenía las suficientes fuerzas para aguantar la actitud de Daryl en esos momentos.
Entendía que Dwight podía traicionar todo el plan y a cada uno de ellos, pero hasta ahora no ha pasado nada, se atrevía a decir que confiaba en las palabras de ese cretino.

—¿A dónde vas?— escuchó la pregunta de Daryl, cuando ella ya se había separado del abrazo y se alejó caminando.

—Con Rick.— respondió ella.

Daryl no le siguió, solo le miró irse mordiendo su labio, típica maña que tenía.
No tenía planeado insistirle, por ahora solo quería darle el espacio a Ellie.

[....]

Estaba sentada sobre la tierra, abrazaba sus piernas pensativa mirando la tumba que tenía frente a sus ojos.
Rick estaba a su lado agachado, en silencio al igual que ella, estaban sin palabras.

El sol en Hilltop estaba pegando un tanto fuerte esa mañana, era un día muy tranquilo si lo pensaban por el lado positivo.
Las tumbas de Glenn y Abraham estaban frente a ellos, al igual que muchas más de las cuales pertenecían a personas del lugar.

Ellie solo miraba con tristeza como gente muy buena se les tuvo que ir, gente que no merecía la muerte y que jamás hubieran podido hacer daño a nadie a propósito.

—¿Crees que debimos haberlo traído aquí?— susurró Ellie a su padre, sin ánimos algunos.

Rick se quedó en silencio, y rasco levemente su barbilla teniendo sus ojos aguados.
La castaña sintió como su padre posaba su mano en la espalda de ella, dándole apoyo.

—Sea cuál sea el lugar, hicimos lo correcto.— respondió Rick.

La chica asintió con su cabeza, pensando en la difícil situación en la que estaban.
Un embarazo no sería fácil de llevar, y menos ahora que los salvadores debían estar aproximándose para luchar.

Le encantaría decirle a su padre que finalmente le tocará ser abuelo, para ver un poco de brillo en sus ojos y esperanza, pero ahora las cosas no eran fácil para nadie.

—¿Lo superaremos...?— agregó Ellie, refiriéndose a la muerte de su hermano menor.

Su padre agachó su mirada, siendo algo difícil que estaba pasando en el momento.

Suspiró y le miro, una gran nostalgia le llego a su pecho al ver los ojos perdidos de su hija, pues Ellie y Carl siempre tuvieron el mismo color de mirada.
Verla ahí junto a su lado, pensar que ahora solo le quedaba a su rebelde hija y Judith.

How many walkers have you killed? (Daryl Dixon.) Where stories live. Discover now