Chica atemporal

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Los latidos de su corazón eran un frenesí tan fuerte que podía escucharlos resonar dentro de sus orejas, zumbando. En la lengua tenía un particular sabor amargo como a cobre. Trató de estabilizar el resuello que le escapaba por la boca mientras recargaba toda su espalda contra un árbol y después se dejó caer, deslizándose hasta quedar sentada. En la mano derecha tenía un cuchillo negro que parecía de cocina —artefacto que la había acompañado durante muchos, muchísimos años—, se veía viejo y algo oxidado, pero guardaba un valor sentimental, y era eso lo que le impedía a If desprenderse del objeto.

Atrajo el cuchillo hacía su pecho, pero no con la intención de lastimarse, sino de abrazarlo, luego de ello miro al cielo tapizado de nubes grises, se arremolinaban y de vez en cuando asomaba una luz azul eléctrico que segundos después sonaba atronadora.

No podía descansar, intento pararse, sin embargo, la herida que tenía en el costado derecho de su abdomen le hizo sentir un ramalazo que la volvió a sentar de golpe sobre el suelo. De pronto sintió una gota de agua caer sobre la coronilla de su cabeza y después más gotas, hasta que la lluvia engroso.

—No puedo... —murmuro con voz apagada.

De nuevo intento pararse, pero esta vez tomo una gran bocanada de aire antes de ello para que la herida expuesta en su abdomen no le diera más dolor. Si se quedaba mucho tiempo y la lluvia terminaba cubriéndola, le costaría trabajo a su cuerpo recuperarse. Por supuesto, el riesgo de morir era inexistente, pero eso no significaba que no pudiera sufrir las consecuencias del dolor, después de todo seguía siendo humana... al menos una parte de ella.

» El cómo comenzó su historia no es algo claro. Hasta los 19 años, creció tal y como lo haría una chica normal, tampoco se llamaba como hoy se denomina a si misma, "If". Recuerda tener un nombre y uno muy bonito, algo con significado poderoso, pero han pasado tantos años que el nombre se extravió dentro de la bóveda que son los recuerdos.

Solamente existen dos cosas que If no puede olvidar: la tarde en la que recolecto manzanas junto a su hermana mayor y la noche en la que su vida dio un giro abrupto.

Iniciando por el primero. Recuerda estar recostada bajo la sombra de un gran árbol, justo por encima de las raíces intrincadas que parecían formar una cama improvisada. Aquella tarde su madre les había ordenado a ella y a su hermana mayor recolectar manzanas para hacer un postre.

Cuando recién iniciaban a recolectar manzanas, If se comió dos. Por alguna razón que hasta hoy desconoce, las manzanas parecían tener somníferos pues una vez que termino de comerlas sus ojos le pesaron tanto que terminaron cerrándose. Debió quedarse dormida por un largo periodo, ya que cuándo volvió a abrir los ojos, su hermana mayor había llenado hasta rebosar dos canastas y estaba sentada junto a ella, esperando a que despertará.

—Buenos días, dormilona —canturreo de forma bufonesca.

La tarde ya se había hecho presente y por ello los rayos de luz brillaban con mayor intensidad, reposando sobre la castaña cabellera de la hermana mayor de If, algunos mechones parecían ser dorados debido al efecto del sol, y su rostro siempre jovial era iluminado por estos mismos, su piel tan pálida que la luz reflejada parecía ser el atardecer entre nubes blancas, costaba trabajo creer que siendo tan hermosa aún no consiguiera marido.

— ¿Buenos días? Ni que me hubiera dormido toda la noche—-refuto If mientras tallaba sus ojos almendrados.

—Otro poco más y realmente te hubieras quedado aquí toda la noche.

—No serías capaz de dejar a tu hermana menor sola en el bosque—-respondió muy segura de si misma.

—No lo sé, vuélvete a dormir y veamos que pasa —propuso su hermana mayor antes de soltar algunas carcajadas.

LA SANGRE DE LA DONCELLA (Killisaki x If) (Funamusea)Where stories live. Discover now