Capítulo 7 El taxi que no cogió

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-Seguro que algo le dijo su novio. -se quejó Ana preocupada por Miriam. -Cuando llegue a casa la llamaré.

Pablo permanecía callado, escuchándolos y pensando en llamar a Miriam cuando se quedara solo. Todo era muy raro.

-Mejor la llamamos en el coche de camino. -dijo Mireya.

Viendo que la conversación no iba a seguir, los chicos volvieron agradecer a Pablo el tiempo compartido y salieron a la calle juntos no sin antes despedirse todos de él..

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Un rato después Pablo había terminado de recoger y limpiar lo que habían usado, y decidió sacar la basura antes de que pasara el camión.

"Maldita basura" Se quejó alejándose por su calle en busca del contenedor más cercano. Los vecinos se quejaban de que los contenedores estuvieran cerca de su casa ya fuera por estética o por bloquear las entradas del garaje y mandaban a sus empleados alejarlos de su puerta, no creía que fuera por el olor, ya que el camión pasaba rigurosamente cada noche a las 12. "Problemas del primer mundo" pensó. La gente nunca estaba contenta con nada...

Finalmente vio unos y rápidamente arrojó la basura. Tal vez tendría suerte y al volver podría volver llamar a Miriam y que ésta finalmente se lo cogiera. Se estaba dando la vuelta cuando algo llamó su atención. Alguien estaba sentado en un banco del parque de enfrente a espaldas de él.

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Miriam llevaba un rato ya en ese parque, sentada en un banco y sin dejar de darle vueltas a la conversación que había tenido hacia un rato con su novio. Empezó a pensar que esa vida a lo mejor no era lo mejor para ella si hacía sufrir a las personas que quería.

La música era algo tan maravilloso y peligroso a la vez, te lo jugabas todo y a la vez ganabas tanto, desesperada se llevó las manos a la cara y se encogió hacia delante.

Escuchó unos pasos acercándose e iba a levantarse cuando alguien se sentó a su lado.

-Asique habías cogido un taxi ¿no?

Miriam levantó la cabeza para ver a Pablo sonriéndole.

-En un rato voy a cogerlo-suspiró echándose hacia atrás en el banco. -voy a hacerlo en unos minutos.-suspiró cansada.

-Tus amigos se han ido preocupados por ti. Si no has cogido mi llamada supongo que ellos estarán esperando que les contestes también.

- ¿Me has llamado? -preguntó curiosa.

-Oye, no conozco la forma de despedirse en el norte, pero en el sur...-Miriam iba a protestar, pero al ver la cara de Pablo, sabía que bromeaba.

-Ya, he sido muy maleduca al no despedirme. -ya estaba empezando a cogerle el punto bromista.

-Completamente. -afirmó con rotundidad y una sonrisilla traviesa

Ambos se miraron, Pablo riéndose y Miriam con una sonrisilla. Entonces Miriam se acordó de la pelea con su novio y su semblante se volvió a ensombrecer.

-Yo no soy persona de muchas palabras, no se me dan bien, pero si necesitas hablar ¡aquí estoy para lo que necesites! -dijo abriendo los brazos para dar énfasis en su afirmación.

-Pues eso no parece en las entrevistas que te hacen o cuando recoges un premio. Yo diría que se te dan muy bien las palabras.

-Señorita Rodríguez ¿desde cuando eres mi fan? -preguntó curioso acomodándose en el banco.

Ellos y un piano: PabliriamWhere stories live. Discover now