Capítulo 11: Mentiras y códigos secretos

Magsimula sa umpisa
                                    

Salgo de la habitación pensando que actúe como una perra y me siento mal. Pero lamentablemente es la verdad. Eithan anteriormente le había mentido a Skyler sobre su identidad, porque estaba intentando protegerla, pero eso fue demasiado. Por esa razón terminaron como por seis meses. Esto puede ser una mentira un poco menor, pero lastimaría a mi prima de todas formas. ¿Lucho tanto por ganarse de nuevo su confianza que ahora piensa perderla sólo por no querer lidiar con la desilusión de Skyler? Bueno, por suerte para ellos yo tengo mi propio drama amoroso ahora.

Ya con mi deportivo puesto, cepillo mis dientes. Pensar en Skyler me hizo pensar en todos en Los Ángeles, y automáticamente me acordé de que en siete días —ahora seis—, necesito estar nuevamente allá. Escupo con frustración y me limpió el exceso de dentífrico en mi boca. ¿Cómo demonios podremos tenerlos en ese tiempo?

Cuando salgo del baño con mi cepillo en una mano y en la otra mi pijama, paso por la habitación donde mi maleta ya no está, y la cama se encuentra totalmente hecha. Supongo que tendré que volver a agradecerle a Eithan.

Llego a la sala, donde lo veo de espaldas, observando por el gran ventanal que da frente a unos edificios que dejan unos pequeños espacios para observar el cielo tornarse rosa.

—Hola —digo tímidamente, recordando nuestro beso de anoche.

Joe se voltea y sonríe de lado.

—¿Cómo dormiste? —pregunta.

—Bien, yo... —aprieto mis labios y recuerdo lo de mi madre, entorno mis ojos. Coloco un mechón de mi cabello húmedo detrás de mi oreja— Necesito decirte algo.

Su ceño se frunce y asiente con la cabeza, acercándose a mí. Relamo mis labios, estoy claramente será un problema.

—Tendré que volver a Los Ángeles en seis días —trago saliva— Mamá volverá de su luna de miel y enloquecerá si no me encuentra allí.

—Está bien.

Ahora soy yo quién frunce el ceño.

—Claro que no está bien, Joe —digo, exasperada— Iván murió... —al decir eso no puedo evitar pensar en el sonido de su cuello crujiendo y observo las manos de Joe. Él se da cuenta y las cierra en puños. Vuelvo a verlo— Era nuestra única oportunidad para tener, por lo menos, una pista de donde esta Derek.

—Trabajo mejor bajo presión —se encoje de hombros, calmado. Entonces comprendo que hay algo que no me está contando aquí.

—¿Qué averiguaron? —pregunto, arqueando una de mis cejas.

—Escaneamos los nombres que tenían Olivia y Derek. Ambos eran contactados directamente por el presidente. Les envió una lista de personas relevantes ahí, ¿Sabes qué significa eso?

Mi ceño se frunce y comprendo lo que me está queriendo decir, tras unos segundos de analizarlo todo.

—Debemos volver a la base —digo con rapidez. Asiente con la cabeza— Bueno, es un paso adelante. Nos faltan veinte.

Joe coloca ambas manos sobre mis hombros. Siento algo parecido a la electricidad cuando las palmas cálidas de sus manos tocan mis hombros fríos.

—Los encontraremos. Lo prometí. Soy hombre de palabra —hago una mueca— ¿Qué pasa?

—La última vez que mencionaron eso, me amenazaron con matarte —digo, recordando como Iván Lynn me amenazó hace menos de veinticuatro horas.

—Prometo no matarte —musita, acariciando mi mejilla.

—¿Y si puedes morir tú también? —no sé por qué, la pregunta sólo apareció en mis labios y debía soltarla.

—Prometí protegerte, también y no rompo mis promesas —dice con obviedad. Ladeo mi cabeza— De todos modos, debemos irnos.

¿Destinados a estar juntos? (Sin editar)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon