Capítulo 8: Iván Lynn

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Al pronunciar la última oración sus ojos ya no se veían amenazantes, ni intentaba mostrar superioridad ante mí. Solo veía la preocupación de perder a Olivia. Creo que ambos somos iguales en esto. Solo queremos a las personas que amamos. Tiene razón. En parte que yo vaya en busca de mi padre solo crea expectativas positivas, es decir, claramente no me enfocaré en nada más que no sea traerlo devuelta. Ahora que lo sé tampoco podría volver a Los Ángeles con tranquilidad sabiendo que quizás nunca más lo vuelva a ver. Suelto un suspiro mientras entorno mis ojos.

—Lo haré —esboza una sonrisa— Pero ten en cuenta que tengo diecisiete años.

—Te lo agradezco muchísimo, en serio —me dice mostrando tanta gratitud que me dan ganas de rodar los ojos, pero me abstengo— Estaré en deuda contigo toda la vida si la traes.

—Mínimo hacerme presidente de Estados Unidos —digo ladeando mi cabeza y comenzando a caminar hasta la puerta.

Nos encontramos caminando hasta donde Joe se encuentra. Unos pisos más debajo de la oficina de Cameron. Al parecer el agente Walls es Peter. Él al verme llegar vuelve a observarme de pies a cabeza, posiblemente siendo tan escéptico como yo al respecto de mi unión en esto.

—¿Sophie? ¿No acaba de salir del kínder? —pregunta frunciendo el ceño.

—Joe, ya sé a quién podemos utilizar como bolsa de boxeo —le digo con los ojos entrecerrados, me cruzo de brazos. Él me inhala viéndome con desaprobación— ¿Qué? Debemos practicar, ¿No, Cameron?

Cameron aprieta sus labios y asiente por conveniencia. Entonces me volteo nuevamente a Peter y Joe que me observan. El primero me observa con poca credibilidad de lo que soy capaz de hacer. El segundo, bueno. Sus ojos verdes me observan con su ceño levemente fruncido. Aprieto mis labios, recordando como hace unas horas nos besamos y necesito romper el contacto visual.

—Sí, es mejor que nos vayamos ya —digo rodeando el auto y subiéndome a él.

(...)

Agradezco sinceramente que hayamos tomado el avión privado de Cameron. No soportaría estar nuevamente sentada por horas en un auto, creo que desarrolle un trauma. Ahora, estando en Brooklyn observando por la ventana del departamento de uno de los agentes encubiertos, siento ganas de salir corriendo. Cada paso que damos, cada segundo que pasa, siento que esto es más real y cada vez me arrepiento más de todas las cosas que hice para estar aquí.

Bueno, no todas.

Rolly es un agente encubierto, intentando llegar hasta posiblemente uno de los mafiosos más peligrosos de Estados Unidos, Iván Lynn. Se hace pasar por uno de sus ayudantes, para llegar al puesto que está —que no es muy importante, por cierto— tuvo que fingir y realizar varios trabajos ilegales durante casi dos años. Estamos con él porque escuchó que Lynn tiene negocios con personas importantes del país, figuras políticas entre esas personas y alguien no hizo lo que quería, entonces como venganza, movió algunas cosas en su poder para alguien fuera del continente americano. Cree que con eso se refiere al robo de la información de la CIA y obvio, el secuestro Derek y Olivia.

—Solo díganme en qué puedo ayudarles —nos dice Rolly, vistiendo vaqueros azules y chaqueta negra de cuero. Al ver su típica vestimenta cliché, la idea solo viene a mi cabeza.

—Necesitamos pelucas —digo sonriendo emocionada.

Joe y Peter, no se dan buenas miradas.

Una hora después, tenemos todo lo que necesitamos y estamos listos. Un bello vestido de color negro se ajusta a mi cuerpo y una peluca roja que me llega por encima de los hombros, y tiene un flequillo recto que me encanta. Mis ojos están delineados levemente y mis labios resaltan por el mismo color de mi extravagante cabello. Termino de aplicarme el labial y puedo observar que Peter mira con los ojos entrecerrados.

¿Destinados a estar juntos? (Sin editar)Where stories live. Discover now