El Submundo y la Superficie están separados por muchas razones, unas más fáciles de entender que otras, pero, al final del día, todas tienen que ver con el Consejo Daeces, formado por los cuatro seres más peligrosos que la historia recuerda: el Señ...
El camino de vuelta a casa de Juliet fue bastante ruidoso. Ribal era demasiado conversador y energético por lo que resultaba un perfecto compañero para la personalidad hiperactiva de Garret. Jagger y Albert, platicaban de cosas muy complicadas de ciencia e historia mientras Juliet escuchaba con interés (Aquiles era tan grande que tuvieron que pedir dos camioneta-taxis; una para ellos y otra para él).
Jagger sintió una sensación extraña cuando llegaron a la residencia de Juliet. Era como si aquella casa se estuviera convirtiendo en el cuartel general.
—Ahora sería un buen momento para que nos pongan al tanto de lo que sucede —dijo Ribal una vez que se sentaron en la sala.
—Lo único que sabemos es que una invasión de farcrams está en camino —pronunció la voz pesada de Aquiles, quien era el único que estaba de pie, ya que no había una silla que pudiera soportar su peso.
—Bueno, es una larga historia... —dijo Garret mientras empezaba a explicar todo.
Lamentablemente, la mayoría de los detalles eran incomprensibles para Juliet, pero de todas formas hizo un esfuerzo para no interrumpir la conversación con preguntas innecesarias.
—... por esta razón, debemos descubrir qué es lo que está causando que los farcrams hayan venido a la Superficie. La única pista que tenemos, es que ellos creen que Jagger tiene algo que les pertenece —concluyó mientras todos asentían, menos Jagger.
—Aclarado eso... ¿Cuál es el plan? —preguntó Albert con severidad en la voz.
—¿Por qué no lo explicas tú dado que fue idea tuya? —dijo Garret con una sonrisa mientras señalaba a Jagger con un gesto de su cabeza. La mirada impaciente y seria de Jagger hizo que Garret tragara saliva y continuara—. De acuerdo... Lo que haremos es ir al reino de los farcrams e investigar por nuestra cuenta qué es lo que está sucediendo.
La cara de Ribal se llenó de emoción, Aquiles sonrió mientras Albert se frotaba la frente con preocupación.
—¡Genial, no puedo creer que tendremos esta clase de acción después de tanto tiempo! —exclamó Ribal levantándose de la silla.
—¿Cuándo partiremos? —preguntó Albert preocupado.
—En dos días. No podemos darnos el lujo de esperar mucho más si los farcrams están creando, sin ninguna razón aparente, un círculo enochiano capaz de traer un ejército gigantesco —respondió Jagger.
—¿Y que pasará con los tres Máximos que faltan? —preguntó Aquiles mirando el suelo como si hubiera muchas cosas que estuviera tomando en consideración.
—Lily aparecerá. El mensaje que le dejé era de parte de Jagger y le especifiqué el día que teníamos pensado partir —respondió Garret.
—La necesitaremos si vamos a ir al Submundo —comentó Albert.
—No lo creo... —dijo Ribal con un mal humor repentino.
—Kaze vendrá dentro de tres días por lo que dejaremos en su mano la tarea de cuidar la ciudad —continuó el cazador—. Robin y Elyn, sin embargo, están desaparecidos...
El comentario del cazador vino acompañado de un silencio sorpresivo. Juliet se pudo dar cuenta que estas personas eran bastante queridas por todos.
—Entonces, tomen este tiempo que queda para prepararse para una estadía larga en el Submundo —dijo Jagger mientras se levantaba de la silla.
—¿Ella viene? —preguntó Ribal con seriedad.
Jagger observó los hermosos ojos color miel de Juliet. Después de unos segundos asintió con la cabeza y caminó en dirección a la puerta.
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Jagger quería pensar con tranquilidad; podía aprovechar este momento en que Juliet estaba rodeada por integrantes de los Siete Máximos, para tomarse el tiempo necesario para analizar lo que estaba sucediendo.
Sentía que algo se le estaba escapando. Los farcrams habían empezado a moverse ya más de tres meses atrás, pero el círculo enochiano no tenía más de un mes en construcción. ¿Qué era lo que estaban buscando? ¿Por qué pensaban que Jagger lo tenía? ¿Podía ser que este incidente estuviera de alguna forma relacionado con los Señores del Submundo?
Algo no andaba bien... el Consejo parecía tener algo que ver, pero Jagger no podía pensar en nada que los vinculara a la situación. Ahora que lo pensaba, ¿qué tantas repercusiones traería el hecho de que ya estuvieran enterados de la existencia de Juliet? Ruruoni había dicho que el Consejo estaba un paso por delante y que no le importaba el tratado, ¿qué demonios significaba eso? ¿Realmente se arriesgarían a romperlo?
La mente de Jagger daba vueltas y vueltas a toda la información que poseía, pero había demasiadas lagunas como para poder vincular cualquiera de las pistas.
Negó con la cabeza y prefirió no seguirse preocupando sin sentido. Decidió que lo mejor que podía hacer por ahora era inspeccionar la ciudad; quizás así podría toparse con lo que sea que estuvieran buscando los farcrams.
En ese momento, la imagen de Lord Rol apareció en su cabeza y le recordó el momento en el que Garret lo había salvado de un golpe destructivo.
—Si llegan a traer a la Legión Primera... se nos complicará bastante salvar a la ciudad —dijo Jagger para sí mismo. La única opción posible era ir al Submundo...
Eso no le gustaba a Jagger. En su experiencia, cuando solo le quedaba una opción posible, era porque el Consejo estaba manipulando todo a su alrededor para llevarlo en una dirección específica.
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