Capitulo 36 Reiniciando el entrenamiento

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Natt al escuchar eso comenzó a gritarle. –¡Yo no me iré con ningún señor madre!

Bellatrix salió de sus pensamientos y miro a todos lados como si algo la hubiera llamado.

-No me entregues madre, no quiero.

Natt se despertó muy sobresaltada y gritando, Narcissa y Lucius entraron a la habitación cuando las luces se encendieron pudieron distinguir a la pequeña niña que estaba hecha un ovillo entre las sabanas. Lucius se acercó hasta la pequeña y esta se abrazó inmediatamente a él.

-Tío Lucius no dejes que me lleve y me entregue al señor tenebroso por favor. No dejes que mi madre vuelva es mala mala. –Le decía la pequeña llorando.

-Cariño tuviste un mal sueño. –Le dijo Narcissa sentándose del otro lado y acariciando la pequeña espalda de la niña.

-Vamos Natt vuelve a dormir, nadie te llevará ni te entregará a nadie solo fue una pesadilla. -Le dijo Lucius acomodándola nuevamente para que se durmiera.

Natt los miraba a ambos con sus ojos llorosos y cuando los cerró les dijo algo con tanta tristeza que ambos adultos solo se quedaron mirándose confundidos.

-No fue un mal sueño. –Dijo Natt antes de quedarse dormida de nuevo.

....

A la mañana siguiente Narcissa entro a la habitación de Natt para despertarla. –Mi amor ya es hora de despertar.

Natt abrió lentamente sus ojos. –Tía Cissy es muy temprano. –Se quejó la pequeña niña tapándose la cabeza con las mantas.

-Vamos dormilona ya casi son las 10 de la mañana. –Le decía Narcissa mientras sacudía delicadamente a la pequeña. –Yo tengo que ir con la señora Parkinson otra vez mi amor, así que vamos levántate. –Le dijo mientras la aplastaba un poco con su cuerpo.

-Ya voy tía Cissy me aplastas. –Dijo la niña incorporándose.

Cuando Natt por fin estuvo lista Narcissa la mandó a que desayunará haciéndola prometer que se portaría bien y no le daría problemas a su tío Lucius.

Cuando Natt estaba por terminar su desayuno Lucius se sentó junto con ella en el comedor.

-¿Natt recuerdas lo que te prometí ayer? –Le cuestionó Lucius.

El rostro de Natt se iluminó. –Si dijiste que me enseñarías a usar la varita. –dijo la niña volviendo el rostro hacia Lucius.

-Entonces vamos pequeña ya es hora. –Lucius condujo a la pequeña niña por un pasillo por el que ella nunca había pasado antes era un poco tenebroso, después Lucius se detuvo y Natt detrás de él, pasaron por un puerta de madera que conducía a una gran sala iluminada con algunas antorchas.

-Me da miedo aquí creo que ya había estado en esta sala antes tío. –Le dijo la niña que no dejaba de observar el lugar.

-No pasa nada Natt, es solo una sala de entrenamiento. –Le dijo Lucius tratando de sofocar el temor de la pequeña. –Toma la varita Natt.

Natt cogió la varita y la repego a ella como si tratará que esta la defendiera de todo.

-Lo primero que debes aprender Natt es a defenderte de tus enemigos. –Le dijo Lucius mientras observaba a la niña que lo miraba confundida.

-¿Enemigos? Pero si yo no tengo enemigos tío. –Le contesto la pequeña.

Lucius lanzo un bufido de exasperación. –Pero ya los tendrás y debes saber cómo defenderte. –Le dijo con toda la paciencia de la que fue capaz de usar.

La pequeña hija de BellatrixWhere stories live. Discover now