capítulo 14:"el chocolate y sus problemas"

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Narra Amelia.
-Uno, dos, tres, cuatro, cinco, siete. ¡Mami, después del cinco viene el siete!-Dijo Irina. 
-No pequeña-reí. -Después del cinco, viene el número seis.
-Oh-sonrió apenada. -Yo creí que el siete.
-Eres muy pequeña todavía como para pensar en números. ¿Jugamos a las muñecas?-pregunté. 
-No. No quiero.
-¿Por qué no quieres,  hija?.
-Porque quiero un abrazo.
Reí ante su pedido y, por supuesto, la abracé. 
Aún abrazadas decidimos mirar una película.
-Blancanieves y los siete enanitos.
-¿Otra vez?-Pregunté divertida. -Siempre miramos la misma película.
-Está bien.  “Enredados” entonces.
-¿Qué te parece “Valiente"?-pregunté. 
-Nunca la vi. No quiero verla si no es princesa.
-Es una princesa, Iri.
-Está bien-sonrió.
La película fue entretenida.
-Me encantó.  Creo que ahora es mi princesa favorita.
-¡Sí! Es una princesa muy linda-hablé.
-¡Y libre! Ella es libre.
-Sí-sonreí.
-¿Puedo comer chocolate?.
-No lo sé-dudé. -Quizá te hace mal.
-Sólo un pedacito.
-Irina, eres alérgica al chocolate. 
-Pero, mami.
-Sin excusas, podemos tomar helado.
-¡No!-dijo llorando. -Chocolate.
-Irina… sabes que te hace mal-sonreí intentando que deje de llorar. 
-¿Prometes que el helado va a ser delicioso y mejor que el chocolate?-preguntó secando sus lágrimas. 
-Prometo que va a ser mejor que el chocolate-besé su frente.
Finalmente decidimos tomar helado sabor a vainilla.
-¿Ves?-pregunté mirándola.  -Es aún mil veces mejor que el chocolate.
-Lo es-sonrió.
-Ahora debes dormir, ya es tarde bebé-sonreí preparándola para que descanse.
-¿por qué no duermes conmigo?.
-Porque Cielo está en la otra habitación,  sola.
-Pero mami…
-Ven-dije tomándola en brazos. -Ya que papá está trabajando ambas pueden dormir conmigo. 
Me acostumbré a dormir con ellas cuando Owen no está a la noche. Aún cuando está duermo con ellas, no siempre pero sí algunas noches.
Me aseguré que ambas estuvieran dormidas y estiré mi brazo para rodearlas. Yo aún no podía dormir. Me pasaba cuando Owen llegaba tarde, me daba miedo.
Narra Owen.
-Oye,  Owen-Teddy me llamó. 
-¿Si?.
-te felicito. 
-¿Gracias?-hablé. Aunque sonó más como una pregunta.
-Por la familia que formaste-sonrió.  -Espero que seas feliz. 
La abracé y luego de agradecerle me fui.
Teddy aún era mi amiga, una buena amiga.
Ya casi era el amanecer; salí rápidamente del hospital ya que el sueño me estaba consumiendo y me dirigí a casa.
-¿Amy?-pregunté al ver que estaba despierta.
-Hey-sonrió. 
-¿Todo está bien?-pregunté dándole un corto beso.
-Sí, sólo que a veces cuando no estás se me hace difícil dormir-se encogió de hombros. -Quizá es miedo.
-¿Por qué miedo?-pregunté.  -Hey, todo va a estar bien.
-Lo sé-rió.  -¿Puedes darme un abrazo? Me siento segura ahora.
La abracé y sonreí al notar que sonrió también.  
-Te amo, Owen Hunt. No importa cuántas veces te equivoques, jamás te odiaré.
-Te amo, Amelia. Sin importar qué,  te amo más de lo que he amado a alguien en esta vida.
-¿Eres feliz a mi lado?-preguntó. 
-Claro que lo soy-respondí.  -Tú le devolviste el color a mi vida, gracias a ti soy feliz.
-Ya, harás que llore-sonrió y noté las lágrimas aproximándose en sus hermosos ojos. 
La besé. Fue distinto a los besos anteriores,  este era un beso de amor, despacio y tierno.
-Ya casi suena el despertador, lo que significa que mi turno comienza en una hora-dijo. 
-Puedes pedirle el día libre a Richard. Yo recién regreso y creo que podríamos salir en familia. 
-¿Tú crees?-preguntó. 
-Claro, la única que estará en el hospital de nuestro pequeño “grupo “ serás tú.  Todos estuvieron conmigo en el turno de la noche. 
-Intentaré pedirle el día libre.-sonrío. 
Su sonrisa, era tan linda. Amelia era como una obra de arte, perfecta.  Al verla a ella descubrí que la perfección sí existe.
Fue hacia la cocina para llamar al jefe mientras yo me daba una ducha.
¿Qué diablos hizo esa mujer conmigo? ¿Por qué me tenía tan enamorado?.
-Creo que hoy dormiremos-rió. -Richard me permitió faltar al trabajo.
-Oh-sonreí.  -Richard sabe que mi mujer y yo tenemos cuentas pendientes.-sonreí tomándola por la cintura.
-Tu mujer no lo sabía y Richard sí. Eso es raro, juegas sucio,  Owen Hunt. 
-Me encanta hacerlo-sonreí.
Comencé a depositar pequeños besos en su cuello, luego volví a sus labios y finalmente estaba por quitar su pequeña remera hasta que fuimos interrumpidos por la pequeña Irina.
Nos separamos rápidamente intentando disimular y reí,  algo nervioso.
-Quiero comer helado-dijo.
-No podemos ahora, bebé-Amelia besó su frente.
-¿Papi?.
-Ven aquí-dije tomándola en brazos.
-¿Puedo quedarme en casa hoy?.
-Hoy no hay jardín si es a lo que te refieres-sonreí. -Vamos a ir al parque con mamá y Cielo. 
-¡Te amo papá!-exclamó abrazándome fuerte.
-Yo a ti, nena.
Sin duda, la familia más linda era la mía. 
-Hoy fui a visitar a mi madre-sonreí.  -Mañana quizá la ayuden a caminar.  O bueno, intentarlo.
-Eso es bueno-Amelia sonrió. Muy bueno.
-Creo que estoy un poco sensible respecto a ese tema-sonreí.
-Está perfecto ser sensible Owen, no te juzgaré. 
-Quizá te gusta el Owen de siempre, frío. 
-No eres frío, si lo fueras tampoco tendría nada malo, a veces nos lastimaron tanto que la única opción que nos queda es ser fríos,  así jamás salir mal de nuevo.
-Pero yo me lastimé a mí, me culpé cuando mi madre estaba dentro del quirófano.  Me presioné e incluso me derrumbé.-Admití.
-En este momento,  el perdón mas grande te lo debes a ti.-tomó mi cara entre sus manos. -Nada de lo que sucedió es culpa tuya y en el fondo lo sabes.
-En el fondo lo sé.
<☆>
Holaaaaaa.
Hoy creo que fui más profunda al escribir. O intenté serlo. 
¿Les gustaaaaaaa?
Irina y Amelia😍

I Need You||Omelia. (editando) Where stories live. Discover now