autumn

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El otoño apenas comenzaba y ya podía percibirse aquel característico fresco de la estación.

El viento agitaba las hojas de algunos árboles que aún se mantenían verdes y también de aquellos que de a poco comenzaban a tornarse de color anaranjado, dejando caer sus hojas, las cuales también eran llevadas por la constante brisa.

En la ciudad había paz, luego de tanto tiempo lidiando con distintos conflictos finalmente todo se encontraba en plena tranquilidad.

Atsushi y Kyouka aprovechaban aquello. Descansando en una banca del parque, ambos observaban cómo la tarde y el resto de la ciudad se bañaban en color naranja, mientras el día se apagaba lentamente.

— ¡Achu! — Estornudó. Mientras más tarde se hacía, más frío se volvía la brisa, provocando así pequeños escalofríos en el cuerpo de la chica.

El albino a su lado volteó a verla y preguntó con un ápice de preocupación algo exagerado.— ¿Tienes frío?

— Estoy bien.— Contestó enseguida y a penas lo hizo nuevamente estornudó.

El chico rió con ternura, pensó en pararse y eso hizo, extendiendo su mano hacia Kyouka, sonriéndole levemente.

— Vamos, esta empezando a hacer más fresco— La chica no se movió, negó con la cabeza e hizo una seña indicando que tomara asiento de nuevo. Éste dudo, aún así volvió a sentarse sin queja alguna.

— ¿Estás segura?— No hubo respuesta, sólo un silencio acogedor que se creo entre ambos que perduró bastante tiempo.

Sintió como ella asentaba la cabeza en su hombro, instintivamente se asustó por la repentina acción, dando un leve respingo que pareció no importarle a la chica.

Continuaron igual que al inicio, en silencio, sin dirigirse la palabra. Aquello se estaba volviendo una costumbre entre los dos, les agradaba permanecer así, en total sosiego estando uno al lado del otro.

Atsushi sentía que su corazón se le saldría en cualquier momento, se encontraba tieso, hizo el intento de calmarse y no lo logró. No era la primera vez que sucedía algo como eso pero en esa ocasión se sentía especialmente ansioso.

Kyouka por su parte estaba a punto de dormirse, no prestaba mucha atención a lo que estuviera sucediendo.

— ¿Te puedo abrazar?— Soltó de repente entre tantos balbuceos sin sentido. Se maldijo así mismo por lo dicho y rogaba porque ella no lo hubiese escuchado, ruego que no fue escuchado porque eso la hizo despertar.

La chica se removió, sentándose bien y volteando a ver con ojos adormilados al albino. Él se sintió temblar, no sabía qué hacer y debido al nerviosismo continuó hablando.

— D-digo, no veo problema si no quieres ¡Claro que no!— Estaba siendo más idiota de lo que esperaba.

— Está bien.— Respondió con simpleza Izumi, no comprendía sobre qué hablaba el chico, solamente respondió para que dejase de hablar tanto y sobre todo porque fue lo primero que artículo al estar medio despabilada.

Él quedó sorprendido ante tal respuesta y no pudo evitar abrir desmesuradamente los ojos, su corazón comenzando a latir con fuerza de nueva cuenta. Actuó mecánicamente, extendiendo de inmediato ambos brazos esperando que ella hiciera lo mismo.

En un principio no comprendió qué pretendía porque ni siquiera escuchó lo que dijo y se tomó su tiempo. Atsushi se cansó de mantener los brazos en esa posición así que los retiró y sonrió tristemente, ella le miró con duda, aún sin entender el gesto.

— Si no quieres, está bien, podrías haberlo dicho.

Ver aquellas expresión en su rostro no le gustó, meditó bien las cosas estando más despierta y cuando supo a qué se refería inmediatamente se lanzó sobre el para abrazarlo. El albino se mantuvo estático por unos segundos para luego caer en cuenta de lo que sucedía, recibiendo a la chica con algo de inseguridad pero a la vez reforzando el abrazo.

Un pequeño rubor se hizo presente en las mejillas de Kyouka, se apegó un poco más a él, como si no fuese a soltarlo y cerró los ojos otra vez, aquello la hacia sentirse relajada, reconfortándola a su vez.

Atsushi no hizo más que rodearla con sus brazos. Sí, se sentía nervioso, pensado que podría desfallecer en cualquier momento, temiendo que ella pudiera notar su rápido palpitar, pero aun así no deseaba separarse.

Una enorme calidez los inundaba, no había palabras suficientes para expresarlo, sólo tenían a su alcance ese gesto que transmitía todos esos sentimientos que a penas comenzaban a florecer y no podían comprender ni notar.

Por esa ocasión, fue la primera tarde de otoño más cálida que pudieron haber tenido.

Por esa ocasión, fue la primera tarde de otoño más cálida que pudieron haber tenido

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esto lo escribí hace dos años y no he mejorado nada, je.

la verdad no tenía idea de qué final ponerle porque nunca le di uno y qué más, quedó terrible todo pero aún así le tengo especial aprecio a esto, tenía que sacarlo algún día, sorry;;

así que gracias por leer y pasarte por aquí <3

fall ; atsukyouWhere stories live. Discover now