Gritos ahogados

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Que horribles días cuando te sentís perdida, sin fuerzas, vacia, sin ninguna razón para sonreir.

Queres gritar, llorar, golpear algo con todas tus fuerzas, destruirte. Pero ya no podes seguir haciéndote daño, ya no te lo permiten y no te cabe una marca más. Optas por intentar calmarte pero tus manos tiemblan, tienen un fuerza increíble que no podes controlar.

Te levantas de prisa, miras a tu alrededor y haces lo primero que te sale, golpeas con tanta furia la pared, no sentís dolor y seguís. Descargas así, en ese acto de violencia, todo lo que te pesa en el alma. Tus nudillos se hinchan y se ponen rojos, te cuesta al principio abrir la mano por que comienza a doler. Te apretas ambas manos, te sentas en el suelo, apoyas la cabeza en tus rodillas y lloras desconsoladamente mientras te preguntas cuando va a terminar todo esto.

caerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora