My Demon Life

El día que pasó

Lo recuerdo como si fuese ayer, aquel día en el que ocurrió todo...

- ¿Habeis visto la nueva película de marvel?- Preguntó Alex, un chico de mediana estatura, pelo castaño y ojos marrones.

- Sabes que no me van los super héroes...- le respondió suspirando Hannah. Su pelo rubio con las puntas rosas le llegaba a los hombros y tenía unos ojazos azules.

- Yo esperaba verla con vosotros algún dia, pero ya veo que no va a poder ser- Dijo riendo Lucas, un chico alto, los ojos azules y con el pelo marrón y rizado. Sus pecas me encantaban, bueno, él me encantaba...

- Oye Michi.....Holaaaaa tierra llamando a Michelle.- Hannah me sacó de mis pensamientos. -Te veo perdida en Michilandia.

- Perdón me he ido por un momento, y no me llames Michelle...- Respondí suspirando, no me gustaba mi nombre completo. ¿Tan difícil es llamarme Michi?

Los cuatro íbamos calle abajo hablando de nuestras cosas, igual que toda la demás gente. Era un día de verano y todo el mundo estaba fuera, el aire era fresco y los pájaros cantaban.

Por segunda vez me desconecté de la conversación, observé a la gente, los niños jugando y como la suave brisa movía las pequeñas hojas de los árboles y las plantas.

Miré a la carretera, un pequeño gato negro pasaba por el paso de peatones -es muy bonito-. Justo en ese momento se escuchó un ruido de motor a toda prisa. Me giré y ví un camión que iba a toda velocidad a punto de pasar por donde estaba el pequeño gato; y no tenía intenciones de parar.

En ese momento, sin pensarlo dos veces, corrí hacia la carretera para salvar al gato. -¡¡¿¿MICHI PERO QUÉ HACES??!!- Escuché a mis amigos gritando, y justo cuando llegué hasta el animal, todo se volvió negro.

Volví a despertar de golpe con la respiración acelerada, pero ¿dónde estaba? Todo estaba oscuro y sin sonido.

Empecé a mirar a todas partes en busca de una explicación. Volví a mirar al frente y me asusté, había una especie de bestia delante de mí, mirandome.... su cabeza era un cráneo de búfalo, tenía unos cuernos que se doblaban color marfil oscuro, al lado de sus cuernos se encontraban dos orejas y estaba totalmente cubierto de pelo negro y sin brillo.

Sus ojos huecos me miraban en silencio y de repente...- Hola...Michi...- Su voz era grave y rasgada. -¿Q-quién eres? ¿Qué hago aquí?- Pregunté desesperada y con miedo. -Tranquila...volveras con tus amigos muy pronto... Me llamo Ábalan...- Cada vez que hablaba era como si su cráneo crujiese.

No podía hablar, estaba confundida. ¿Qué había pasado?

-¿Qué...hago aquí? ¿Qué ha pasado?- Volví a preguntar con miedo. - Entiendo que quieras una explicación a todo esto...pero voy a dejar que lo compruebes por tí misma...- Sonó un chasquido y apareció una imagen borrosa que se volvía nítida. Era yo...allí tirada en el suelo...encima de un charco de sangre. Mis amigos no paraban de gritar y pedir ayuda -MICHI, POR FAVOR QUE ALGUIEN NOS AYUDE, POR FAVOR...

Después me acordé, -intenté salvar a un gato...- dije susurrando, notaba como lágrimas estaban a punto de salir por mis ojos.

-Exacto....y has muerto...- Dijo Ábalan señalando a mi cuerpo sin vida en la carretera. -Te voy a confesar algo....ese gato....era yo...-

-¿Q-qué?- Miré a Ábalan y las lágrimas empezaron a brotar.

-Sé que estás confun...- No le dejé terminar la frase. - ¡¿QUÉ ERES Y QUÉ QUIERES DE MI JODER?!- Grité mientras mi voz se rasgaba debido a que estaba llorando.

Ábalan parecía estar asombrado, e incluso confundido. -Déjame explicarte...- dijo mientras hacía desaparecer la imagen.

- Soy un demonio gato...y sí yo era el que se lanzó a la carretera a posta para que ese camión le atropellase...era...una prueba...- Yo solo estaba mirándole y llorando, deseando que fuese un sueño. -¿D-demonio?...¿Cómo que una prueba?...- Pregunté sin apenas poder respirar.