Capítulo 93.

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Capítulo 93.

No dudé en tomar uno de los primeros ascensores que vi para ir hacia el penúltimo piso, aunque sí debía mencionar que me aseguré de tomar uno vacío ya que realmente no cualquier persona podía acceder a dicho lugar. Y para ser sincera conmigo misma, yo era solo una particular. 

Cuando llegué al penúltimo piso y salí del ascensor, caminé por el largo e inmaculado pasillo lleno de imágenes, títulos y certificados de los médicos más respetados del lugar. Me dirigí hacia una de las puertas de doble ala, donde se encontraba una de las oficinas más lujosas y extensas del hospital. 

Justo cuando estuve a punto de entrar, ajusté la mochila sobre mis hombros y suspiré con cierto nerviosismo. Las reacciones de mi cuerpo nunca cambiaban cuando se trataba de verlo a solas. Y más cuando no sabía muy bien por cuales intenciones se decantaría.

Abrí una de las alas de la puerta con cierta timidez y fue cuando lo vi hablando desde el teléfono principal de la oficina mientras parecía estar redactando sobre unos documentos. Sin embargo, al instante supe que se trataba de alguna de sus obligaciones como médico. Cuando cerré la puerta detrás de mí, él alzó la mirada y con un leve gesto de cabeza quiso que me acercara.

Se había cambiado de ropa y solo portaba uno de sus típicos trajes de color azul marino junto con una camisa blanca de seda ajustada por una corbata negra.

Su mirada verde se quedó sobre mis ojos de forma penetrante. Sin embargo, fue cuando supe que estaría dispuesto a hacer alguna de sus perversas intenciones. Llevábamos varios días practicando la castidad, así que yo estaba más que consciente de que Mi Cura Prohibida vendría en busca del momento idóneo para aprovecharse de mi natural lado dócil hacia él en el aspecto sexual.

Enarqué las cejas, quedándome en silencio mientras Adrián terminaba de hablar por teléfono. A él le agradaba en lo absoluto que yo me comportara con paciencia cuando estaba en asuntos laborales, como el mandón que siempre salía a relucir de su interior. Cuando colgó la llamada, se recostó sobre el asiento como dueño y señor, pero estiró su brazo, ofreciéndome sentarme al otro lado.

—Espero que esos "asuntos" pendientes sean serios, doctor Wayne —fue lo primero que le dije para romper el hielo, pero él entreabrió sus sensuales labios y me mostró una leve sonrisa de medio lado.

—En realidad debemos hablar de varias cosas que creo importantes —me aclaró al asentir un poco.

—Vaya... Esto sí que no me lo esperaba —le comenté con sinceridad—. Hoy sí que estás muy comunicativo —le sonreí muy coqueta—. Doctor Wayne, debo decirle que se está portando muy bien...

—Eso cree usted, mi jovencita —juntó sus manos al apoyarlas sobre el fino escritorio, dedicándome una mirada desafiante—. Quiero portarme de forma perversa, como que mi ángel oscuro está ansioso de tenerte. Pero primero debemos dejar claro unos asuntos en cuanto al aspecto laboral.

Coloqué la mochila en otro asiento vacío y me senté para escucharlo con atención ya que me causaba curiosidad que él estuviese insistiendo tanto.

—¿Qué sucede, colega? —mentalmente, me reí cuando lo llamé de tal manera. Siempre había querido hacerlo.

—¿Continúas preparándote para el examen de revalidación?

—Sí.

—¿Y para la admisión de tu residencia?

—Sí.

Adrián asintió al examinar mis gestos faciales con cuidado.

—Aly, no has acudido a mí... —me recordó al mostrarse curioso—. ¿Estás segura de que todo marcha en orden con tu carrera médica y académica?

MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓Where stories live. Discover now