–¿Está es tu nueva forma de evitar que me escape sin comer? ¿No es algo muy poco ortodoxa?

–Yo creo que está funcionando.

–Eso no te lo discuto.

Sus labios se estiraron más sobre sus rostros. Ambos rieron un poco no porque lo que dijeran fuera gracioso. Solo querían hacerlo. Querían reír hace mucho tiempo, y ahora tenían un motivo para hacerlo. Estaban juntos. Todas las razones que habían para largarse a llorar no eran rival para algo así. Para un sueño que no había creído posible.

Martín se estiró sin levantarse de la cama.–Tenemos que desayunar e ir con tus jefes.

El británico bostezo molesto mientras se hundía aún más en el colchón.–Pueden esperar.

–¿Qué pasó con la puntualidad inglesa?

–Tengo que llevarte también ¿O no?, seguramente esperen que llegué tarde por eso así que supongo que tengo una excusa válida.– El argentino contuvo una potencial carcajada mientras el inglés lo callaba.– Sí se dan cuenta de que estamos despiertos nos apurarán.

–Que molestos. ¿Cuánto tiempo nos queda?–Se volvió a recostar, ya más despierto, mirando hacia Arthur con esa complicidad que le otorgaba a la situación un aire a una travesura infantil.

–Unos minutos para cuando se supone que tenemos que ir a desayunar.

Afuera de esa carpa dos ejércitos alguna vez rivales despertaban como aliados preparadose para una batalla que nadie había imaginado. Adentro dos viejos conocidos con una larga historia con idas y vueltas tan complejas como solo dos seres inmortales podrían entender y a la vez tan simples como las de cualquier par de conocidos enamorados, se reunían una vez más. Una reunión corta, informal, relajada, donde ambos olvidaban el mundo hostil que los rodeaba para refugiarse en la seguridad que solo el otro a su lado era capaz de otorgarles. Un pequeño encuentro donde volvía ese sentir de poder ser ellos mismos sin nada que ocultar y un breve resumen de la parte más dulce e inocente de su historia.

Un dulce desayuno para un largo día lleno de estrategias militares y de preparativos para la emboscada al país más sanguinario y armado del planeta. 



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–Estamos tratando de alejarlos los unos de los otros, pusimos pistas falsas pero nos serviría que nos ayuden un poco antes de que empiecen a sospechar. Sabemos que tienen problemas internos, hay rumores sobre que el plan de Estados Unidos le daba una parte mayor del...–El general que está hablando observa incomodo a Argentina antes de toser un poco mientras vuelve a pensar sus palabras.

–Botín.–Martín completa la oración con indiferencia y los demás asienten y desvían la mirada. Lleva un tiempo escuchando ese tipo de términos con el que lo llamaban para hacerlo sonar menos cruel. Deshumanizarlo hacia más fácil atacarlo, los discursos de sus rivales hablaban de números y de hechos, no de gente. Los demás países le hablaban como si ya estuviera muerto para que así acepté su fallecimiento como algo que no puede cambiar, como un hecho del pasado aunque él sigue con vida.

Aunque cada día me lo cuestiono un poco más. ¿Sigo vivo?

La única persona a la que la frialdad del latino no apenó lo suficiente para hacerlo mirar hacia otro lado sino que, por el contrario, lo hizo fijarla aún más en él con un semblante serio que sepultaba una temible furia era el Reino Unido.

–My general, pleace, follow (Mi general, por favor, continue).

–Oh, yes, yes. El primer golpe será una sorpresa, nuestros diplomáticos tendrán una reunión con los yankis para convencerlos de que estamos buscando también los campamentos argentinos en una misión de "despedida". Queremos que crean que estamos desarmados y que creemos que el tiempo de está nación ya se agotó, porque el plan es que nuestro primer golpe vaya dirigidos a ellos.–Eso finalmente llamo por completo su atención. Ellos se iba a reunir, eso ya era impactante, pero atacar al gringo primero era una decisión extraña.

–¿El primer golpe a Estados Unidos? ¿No es algo...–Trago saliva intentando concentrarse en no verse tan asustado, porque aunque lo estaba le ganaba la preocupación.–... peligroso?

–Nadie piensa usar armas nucleares, eso le permitiría a la ONU intervenir, además quieren el territorio como está, no se arriesgaran a dañarlo. Por lo que no iniciaremos una guerra nuclear. Además nuestro ejercito es fuerte, con un buen plan podemos darles un golpe que les duela lo suficiente...

–Cortar la cabeza principal desde el comienzo y dejarlos sin líder antes de que sepan a que se enfrentan. –Todos observan tensos a la nación más antigua. Su tono firme destila veneno e ira que sus soldados pueden entender pero el latino está demasiado absorbido por la información como para percatarse de ello.

–Es arriesgado.

–No haremos nada sin tu permiso, Argie.–El tono del inglés ahora es más dulce y comprensivo.

–Es arriesgado, pero ahora mismo ir por lo seguro es aceptar la derrota.–Martín hace aparecer una sonrisa burlona.–Nunca fue alguien muy conformista. ¿Dónde empezamos?  

No me dejes soloWhere stories live. Discover now