Sanando...

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Habían pasado tres meses desde su rompimiento con Kangin, a pesar de lo que había vivido, el mundo parecía no detenerse, la universidad empezó, los doctores avanzaban con normalidad, tenía prácticas, trabajos y exámenes, de alguna manera eso le ayudaba a concentrarse, podía enfocarse en avanzar, pero todo se detenía cuando se quedaba a solas en su habitación, no tenía regalos, ropa ni nada físico que le recordara a Kang, pero aún había momentos que lo sentía muy presente, por su lado sus amigos siempre intentaban animarlo, sobre todo Kyuhyun quien muchas veces había faltado a su trabajo por acompañarlo, no le gustaba sentirse como una carga, pero estar acompañado le ayudaba a estar tranquilo.

- Minnie - miraba preocupado a su mejor amigo –

- estoy bien, Heemin – sonríe y recuesta la cabeza en el hombro ajeno – no puedo evitar sentirme un poco idiota por haber creído en él, pero Kyuhyun y tú han sido de mucha ayuda para mi

- aunque no quisiera aceptarlo, debo admitir que ese pulgoso se ha portado muy bien en todo este tiempo

- Hee no le digas pulgoso – lo mira divertido – le dije que no era necesario que hoy venga, desde ése dia ha faltado muchas veces a su trabajo por mi

- Bueno, que su hermano sea su jefe ayuda mucho

- pero es no es bueno, ni Kyuhyun ni yo podemos aprovecharnos de Siwon, y por enésima vez, no son hermanos

- solo fue criado por los padres de Siwon y siempre se presentan como hermanos, hasta el apellido es muy parecido, la sangre no es el único lazo que une a las familias

- eso lo sé mejor que nadie Heemin – toma su mano y sonríe – tú eres el mejor hermano que hubiera podido desear

- yo también te adoro, eres mi conejito favorito – se acerca y besa su mejilla – ¿quién más aparte de ti aguantaría a esta diva?

- bueno, Siwon me hace buena competencia – ríe –

- él no cuenta – niega con la mano restándole importancia – pero no es de eso de lo que quiero hablarte – acaricia su mejilla – ¿de verdad estas bien? No estarás intentando manejarlo todo solo, de nuevo, ¿verdad?

- ¡no! Ese día prometí que no volvería a ocultarte nada y no lo haré, de verdad estoy sanando poco a poco, felizmente tengo a los dos mejores amigos del mundo

- ¿solo del mundo? – hace un puchero y besa la frente de su amigo – sabes, hoy estas más guapo de lo acostumbrado

Se ruboriza y mira su ropa – bueno, solo me puse un poco de ropa limpia, no puedo dejar que esto termine conmigo, en vez de tomarlo como el final, prefiero tomarlo como un nuevo inicio, voy a volver a conocerme

- ¿Quién eres tú y que hiciste con mi conejiito? – sonríe enternecido –

..

Seis meses desde el encuentro con Kangin en aquella cafetería y casi cuatro desde su último mensaje, poco a poco había ido superando la ruptura, estaba concentrado en sus materias y sus amigos le ayudaban mucho a manejar los tiempos a solas, había tenido que recurrir a bloquearlo en todas sus redes sociales, incluso había cambiado de número, en parte para que el otro no lo ubicara, y en parte para poder avanzar, a veces, cunado sentía la necesidad de rendirse y estaba por buscar a Kang, se obligaba a si mismo a recordar cada una de las razones que le había llevado a terminar la relación, era algo doloroso, pero funcionaba.

Ya estaba en su cama listo para dormir, había sido un día tranquilo y ahora jugaba un poco en su celular, de pronto la pantalla cambió y una llamada con numero privado cubrió todo, confundido observó el teléfono sonar por varios segundos, puesto que los únicos que llamaban con privado eran sus padres, y con ellos ya había hablado horas antes, pero, al ver la insistente llamada contestó preocupado, quizás había alguna emergencia en su casa y por su desconfianza estaba haciendo perder valioso tiempo - ¿hola? – respondió receloso - ¿madre? ¿está todo bien?

Otra vez no...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora