Puppies | Vkook | Omegaverse

[02] Kinder

Sus manitas jugueteaban con la arena de el jardín de su Kínder, sintiéndola caliente al sostenerla.

JungKook con cinco años ya, era más cociente de su alrededor, ya no era tan llorón como antes, bueno, eso creía él.

Pero porque se lo decían sus papis.

El una vez le preguntó mientras se estaba bañando con su papi JiMin, si había crecido.

Porque todos sus amiguitos en su escuela le decían, que era muy pequeño, y no le gustaba, el quería ser un poquito más alto, ¡pero no crecía! Y  solo quería largarse llorar.

Al hacer esa pregunta su papi JiMin le miro con esos bonitos ojos que el tenía, y que le gustaban mucho, y lo sentó en su regazo, con el agua de la tina regándose por lo bordes debido al movimiento, y le respondió, que no importaba si él realmente no crecía de estatura, mientras acariciaba los lindos cabellos de su cachorro.

También le dijo, que las personas crecían en madurez, cambiando sus actos malcriados a unos mejores.

Y JungKook si que se dio cuenta de ello, porque, había empezado a saludar a TaeHyung, incluso si le caía mal, el musitaba un pequeño "hola" todas las mañanas, cuando el subía en el transporte escolar que los llevaba hacia la pequeña –No tan pequeña– escuelita  en la que estudiaban, y vamos, eso para el era un gran avance.

Y el se sentía un niño grande.

Pero es que para él, saludar a un niño que le caí tan mal, solo por educación era un muy gran avance.

Sin embargo, el también se preguntaba porque le caía tan mal, es que bueno, aveces no lo entendía, quizás, simplemente, por todo, por su actitud hiperactiva, por qué hablaba mucho, porque era tan, tan cariñoso, y porque hizo que su helado se cayera, y eso, nunca, nunca lo iba a olvidar, porque si no, el dejaría de llamarse, Min Jungkook.

Una sombra tapo por completo todo el sol que le daba a la cara y  sus ojos  color mielo se fijaron en el niño al frente suyo, una mueca de disgusto se formó en su pequeño rostro, y volvió a bajar la cabeza para seguir jugando con la tierra, sabiendo bien que TaeHyung no se iba ir, ni mucho menos, el sabía que se iba a quedar jugando, a pesar de que el no lo invito.

Sintió como TaeHyung se ubicaba a su lado sin hacer bulla, porque TaeHyung sabía que a JungKook le molestaba demasiado el ruido, y empezó a jugar con la tierra igualmente.

Sus pequeñas manos ensuciándose.

Y así pasaron varios minutos, los dos pequeños cachorros, tan juntos y tan lejos a la vez.

Y sí, el pequeño lobo de TaeHyung estaba gruñendo que hablara con el cachorro al lado suyo, sin embargo no cedió a sus instintos, porque además de todo, si irritaba al pequeño JungKook, quizás no volvieran a hablar en mucho tiempo, y el no quería eso, es más la idea le aterraba.

En su pequeña boquita se formó un puchero, mientras seguía moldeando la tierra, buscando formas de interactuar sutilmente con JungKook a su lado, pero fallando.

— JungKookie — Murmuro ya no pudiendo más, mirando al pequeño cachorro al lado suyo.

Y demonios.

El detestaba que TaeHyung le dijera así.

— ¿Qué quieres TaeHyung? — Dijo con un suspiro escapando de sus rosados labios.