Nunca te dije que en realidad si me gusta Mark Ruffalo,
que no lo admití en su momento
para no darte con el gusto de que creyeras
que en tan poco tiempo
podías descifrar tanto sobre mí.
Quizás lo más triste fue el darme cuenta que
lo que creías conocer
o reconocer en mí
siempre te recordó a otra persona
y creías
(o querías)
quererme solo por eso.