❝ᴛʜɪɴᴋɪɴɢ ᴏғ ʜɪᴍ;; sᴏᴏᴋᴀɪ❞

Capítulo 3.

Cada vez que estoy cerca de él, no puedo evitar pensar en lo suertudo de conocerlo.
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—¡Muchas gracias a todos! —se despedían ante la cámara.
  No podían creerlo, al fin habían debutado después de mucho tiempo, sentían que todo el esfuerzo había valido la pena.

—Lo hicimos bien, ¿no creen? —comentó con entusiasmo Beomgyu.
Taehyung asintió mientras colocaba su mano en el hombro del menor.

Hueningkai se encontraba bastante feliz de que al fin hubieran debutado, checó Twitter para verificar lo que decía la gente de ellos, y para su suerte habían recibido mucho apoyo.

—¡Hyung! —se acercó a Soobin, quién estaba aún sentado—, ¿has visto los comentarios?

—De hecho apenas los estaba viendo —le respondió con una pequeña sonrisa.
Soobin sonreía con los comentarios positivos que leía, se sentía en verdad bastante bien, realizado.
Todo ese tiempo siendo aprendiz había dado frutos, y simplemente no podía evitarlo.

Pequeñas lágrimas surgieron de sus ojos, no era la primera vez en el día, pero no podía evitarlo.
No podía creer que ese día había llegado.

Sin darse cuenta, ya estaba empezando a sollozar.

Aún en medio de sus sollozos, Hueningkai lo abrazó con aquellas típica sonrisa y esa dulce mirada que él tenía.

—Hyung, está bien, lo hemos hecho bien. —las manos del menor empezaron a acaricia su abdomen y se aferró a esta, sólo quería estar cerca de su Hyung preferido.
Soobin sentía aquella calidez que el menor irradiaba, esa calidez que le había dado la noche anterior y que nadie se la quitaría nunca.
Sólo se dejó llevar por aquella calidez, sintiéndose cómodo con ella.

[...]

A pesar de todo, estos días lo habían pasado bastante bien. Nunca supuso que habría mucha gente dándole apoyo. Durante los fan-meeting, Soobin se dedicaba a darles un medio corazón a sus fans, con una linda sonrisa.

—¡Hyung! —antes de que pudiera reaccionar, Hueningkai juntó una de sus manos con las de Soobin, al fin creando un corazón completo.

En ese momento se llegó a percatar de lo muy suave que eran sus manos, esas manos que parecían de oro. El mayor lo miró con una sonrisa que mostraba una grata sorpresa.
Durante todo el evento, siguieron formando corazones, algo que agradecía Soobin, ya que tenía la oportunidad de que, por algunos minutos siquiera, pudiera sentir la piel de las manos de Kai.

El menor era encantador, y no podía dejar de pensar en lo suave de sus manos.