"De repente, mi corazón dio un vuelco al ver cómo ese chico se giraba y me miraba fíjamente a los ojos, como si me estuviese inspeccionando el alma.
Pero lo que yo no sabía era que esa mirada iba a cambiar mi vida entera."
Al cabo de una semana, mi vida seguía igual de aburrida que siempre. La monotonía en mi rutina diaria me cansaba y las constantes indirectas de Jamia con tener hijos me agobiaban.
Y por fin era viernes, cosa que significaba que me encontraría con mis amigos en "Bella Muerte", mientras Jamia se iba con sus amigas a pasar la noche de bar a bar.
Mi reloj marcaba las seis de la tarde, así que tenía que ir a buscar a Jamia al trabajo. Trabajaba de secretaria en una de las muchas empresas que hay en New Jersey.
Decidido, me levanté del sofá y agarré las llaves del coche para ir a buscar a Jamia. Al llegar, vi como me estaba esperando impacientemente y sin pensárselo dos veces subió al coche para volver a casa.
-¿Que tal te ha ido el día?
-Pues como siempre,- soltó un suspiro y me dirigió la mirada mientras yo la miraba de reojo. -¿Sabes que Emma está embarazada?
-Ah, que bien.- Respondí desinteresado mientras devolvía la mirada a la carretera.
Escuché unos resoplidos de Jamia, la cual estaba intentando llamar mi atención con ellos.
-¿Qué?
-Me parece increíble, Frank.- Respondió indignada cruzándose de brazos.
-¿Pero qué te pasa ahora?
-¡Qué nunca me haces caso!
Ya volvíamos al mismo tema de siempre.
-Jamia... ya sabes lo que opino sobre todo esto, es muy pronto aún...
-¿Pero por qué no quieres Frank? ¿A caso no piensas en mi?
-Claro que pienso en ti, pero no estamos hablando de comprar un juguete. Estamos hablando de crear una vida, y es algo mucho más serio.
Realmente, no era por eso. Simplemente me estaba empezando a cansar de sus rabietas y tonterías que decía cada día.
Me estaba cansando de ella.
El resto del camino fue demasiado tenso, pero por suerte tan sólo nos quedaban dos calles para llegar a casa. Paré el coche delante de ella y me bajé lo más rápido posible para no tener que volver a dirigirle la palabra a Jamia durante lo que quedaba de día.
-Eres un imbécil.
Me paré en seco y sin pesarmelo dos veces le tiré las llaves del coche, las cuales cogió en el aire.
-¿Dónde coño crees que vas ahora?
-Lejos de ti, estoy cansado de tus mierdas y de que tan sólo pienses en ti misma, Jamia.- Al instante empecé a caminar dirección "Bella Muerte"
-¿Ah si? ¡Pues que sepas que todo esto se va a la mierda ahora mismo Frank! ¡Me marcho de casa, gilipollas!
-¡Lo que tú digas!- Finalicé enseñándole el dedo corazón mientras seguía caminando.