† 𝕮𝖎𝖓𝖈𝖔 †

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El incandescente destello de la mañana impactó de golpe a través de mis párpados. Apenas los abrí la vista directa del muro a unos metros, pudo recobrar mi consciencia. Ladee con disimulo mi mentón a mí costado, en un intento de tener visibilidad concreta de _______ sobre la cama. Ella había pasado la noche aquí. No tuve el valor suficiente para recostarme a su lado, por lo que decidí sentarme en el suelo y apoyar el respaldo en la orilla de la cama, ya que tampoco tuve el valor de dejarla sola.

Una vez me aseguré de que seguía dormida, me paré masajeando mi cuello con la mano; La verdad es que la posición en la que dormí no fue del todo adecuada. Salí silenciosamente al angosto pasillo, mientras proseguía con los constantes masajes.

- ¿Todavía está dormida?

Frené en seco al final de este. La inusual imágen de Lucas observando por el ventanal, en tanto mantenía esa compostura estoica, me sorprendió.

- ¿Qué haces aquí? - Avancé los cortos pasos que faltaban hasta la cocina, sin darle mayor importancia a su aparición repentina.

- ¿Ella está bien? - Continuó, aún absorto en lo suyo.

- ¿Por qué no debería de estarlo?

- ¿Lo ha estado desde que te conoció a ti?

Su ínfima alusión consiguió endurecer mis músculos a tope. El vaso que sontenia amenazaba con romperse ante la magnitud de la presión que empecé a ejercer en el. Aquel comentario sin precedente había logrado afectarme más de lo que pensé.

- ¿Cómo sabes que ella está aquí?

- Sólo lo sé.

Ya perdiendo el juicio, me aproximé hasta él, luchando conmigo mismo para no actuar con impulsividad.

- Deberías mantenerte alejado - Musité demandante.

- No tienes derecho a exigir eso.

- ¿Qué no tengo el derecho? - Reí con ironía - Si mal no recuerdo, trataste de matarla.

Nuestras miradas eran penetrante y asesinas. Estaba de más decir que no era de mi agrado el que estuviésemos en una misma habitación. Algo que quedaba al descubierto, inclusive en este momento.

- Buenos días - La presencia de ______ logró distanciarnos - Lucas.

- _______, ¿Cómo estás?

- Bien. Yo - Dió una pequeña pausa, antes de que se posicionará a mí costado - He estado bien.

- Es bueno oír eso - Una sonrisa amable se hizo presente en el rostro de Lucas. Su cinismo me enfurecía.

- ¿Qué hay de ti? - Los dos fijamos los ojos en ella. Parecía estar pendiente en una parte en específica de él - Tu mano. Traes una venda.

- Ah. Sí, sobre eso - Alzó el brazo por delante de su pecho - Me corté la noche que entré a tu cuarto.

- La noche de...

- Sí. Esa noche.

El moreno finalizó cabizbajo. No me convencía el que se sintiera arrepentido por la noche en que casi acaba con la vida de ______. Jamás fue fácil para mí confiar en cualquier ser de este planeta, mucho menos en los míos.

- ¿Quieres que te ayude? - Prosiguió ______, con curiosidad - Está mal puesta. De hecho la sangre se traspasó.

- Sí. No soy muy bueno con esto de los vendajes.

- Puedo hacer algo al respecto - Sonrió inexpresiva.

Su mirada se ubicó en mi. Suspiré. Diablos, nunca me iba a perdonar esto.

- Iré por el botiquín - susurré.

Mentiría si asegurará que no me irritaba el hecho de que ella se preocupara por Lucas. Él no se lo merecía. Se había aprovechado de su lado más débil y humano. Jugó con ella. Y ahora simplemente pretendía que no sucedía nada. No podía estar a salvo con él.

¿Lo ha estado desde que te conoció a ti?

Sacudí la cabeza ante aquella frase fugaz. Odiaba el hecho de que él tuviese razón. Desde que aparecí en la vida de ______, todo mis errores comenzaron a percutir en ella. No importase cuántas veces tratara de protegerla, siempre salía lastimada de alguna manera; Por la sola razón, de que mi existencia era una bomba de tiempo, a punto de estallar.

- Ten - Le lancé con agresividad el botiquín en el pecho a Lucas, mientras este con rapidez lo sostenía.

Una sensación de triunfo me invadió cuando me lanzó una mirada hostil. Me mantuve de pié, viendo como _______ se sentaba con Lucas en el sillón que estaba delante mío. Ella sólo observaba atenta su mano, quitando el vendaje con cuidado.

- ¿Por qué rompiste la ventana cuando entraste a mí habitación? - Le cuestionó, sin dejar lo que hacía.

- Quería despertarte.

- De qué te servía despertarme, si planeabas matarme.

Un silenció rotundo se formó en el ambiente.

- Porque en realidad no quería asesinarte - Tragó duro - Te desperté a propósito, para que huyeras.

Mis ojos se posaron en los gestos de Lucas. A juzgar por su expresión arrogante, parecía estar diciendo la verdad.

- Nunca tuve la oportunidad de preguntarte qué habilidades tienes - ______, tomó la palabra una vez más.

- Pues. Es algo confuso de explicar. Puedo alterar los sentimientos de los demás, ya sabes, hacer que sientan lo que quiero. Miedo. Odio. Tristeza. Amor.

- ¿Cómo?

- Kelly. - Interrumpió - En realidad yo nunca le interesé a Kelly. Solo adulteré su corazón para que creyera que estaba enamorada de mí y así poder llegar a ti más rápido.

- Oh. ¿Entonces por qué no lo hiciste conmigo?

- No podía. No puedo. Es peculiar. - Suspiró - Han, tampoco podía usar sus habilidades contigo. Es por eso que me mandó a mí a matarte. Al parecer nadie puede hacerlo, ni sus aliados.

______, involuntariamente me observó. Mi corazón comenzó a latir a tal nivel, que sentía el aire abandonar mi pecho. Aunque no tuviese la capacidad de leer la mente, comprendía perfectamente lo que pasaba por su cabeza.

Yo era el único que podía usar mis habilidades en ella.

"Let Me Sign..." † Mark Lee & Tu †  [SEGUNDA TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora