Llamar o no llamar (Parte II)

Start from the beginning
                                    

—Lo prometo, palabra del jodido tío rojo.

—Bien, confío en tu palabra.

Lo veo salir de mi habitación, tiene una llave de la misma y me preparo para tomar una ducha. La maldita verdad es que no ha sido el concierto lo que me ha agotado, son mis pensamientos y la continua tensión de no saber qué futuro me aguarda. Cada día, cada vez que hablo con Skylie, cada pensamiento que tengo de ella, me convenzo mucho más de que deseo hacer esto, deseo adoptarla. Ella ya es mi familia.

Estoy tan preocupado de que no suceda, tratando de vislumbrar escenarios de mierda, pero duelen y termino durmiendo muy mal, con el cuerpo tenso y la mente agotada. Así que cuando tomo mi ducha, me siento muchísimo mejor.

En bóxer y con una toalla en mano, secando mi cabello, tomo el celular, me dejo caer sentado en mi cama y marco el número sin dar más vueltas. Comienzo a crear que no van a responder porque suena y suena, tal vez estoy llamando demasiado tarde. ¿Cuál es la hora correcta para hacer una llamada informal como esta?

Estoy por colgar e intentarlo mañana en una hora más temprana cuando una agitado "¿hola?" me saluda. Le devuelvo el saludo a pesar de que el suyo fue más una pregunta y se hace un silencio que me hace remover. Odio los jodidos silencios, son una mierda tan incómoda y esa es la razón por la que detesto mantener llamadas telefónicas, las evito.

— ¿Y bien? ¿Llama para apreciar el silencio o para decir algo que me interese o valga la pena para interrumpir mi baño?

No puedo evitar sonreír, esa actitud es bastante...Entretenida. Arrojo la toalla a un lado dejando de secar mi cabello.

—Aunque eso es tremendamente interesante, me temo que estoy llamando debido a otro jod... asunto.

Sí, debo cuidar mi lenguaje. No sé si ella es un hada o una bruja. Si me ayudará o me hundirá, no debo ser confiado desde el inicio, debo recordar que muchas veces te clavan un puñal que duele como la mierda.

— ¿Si sabe que interrumpir la maldición a mitad de camino no hace menos daño?

Muerdo el piercing de mi labio evitando las ganas de reír. Paso los dedos por mi cabello seguramente dejándolo en punta.

— ¿Me recomiendas entonces que maldiga directamente? —pregunto.

—Si eso lo hace sentir mejor.

—Joder, genial —Tal vez sea de las buenas. Un hada.

— ¿Entonces?

—Supe de su visita —Dejo caer y tomo como buena señal el hecho de que no cuelgue—. Ayer.

—De acuerdo, dígame quién es si no quiere que cuelgue.

Quizá canté victoria demasiado rápido.

—Mierda. No cuelgues, las llamadas internacionales son jodidamente costosas.

¿Ahora soy un puto tacaño? Ni siquiera sé por qué dije eso cuando no es un impedimento, pero ha sido lo primero que ha venido a mi cabeza.

—Tú no eres...

—Dexter Jefferson. Un gusto...

¡Carajo! Es que Doug ni siquiera hizo el trabajo completo al obtener el número. Esta llamada es un puto desastre, pero no todo está perdido todavía.

— ¿No te dijeron mi nombre?

— ¿No pregunté? —Tanteo, espero la verdad no la ofenda.

Suena joven y si soy honesto, algo familiar. Su voz me suena de algún lugar y debo decir que es...sexy y suave. No es que deba pensar en eso.

Escenas extras de La D no es por DexterWhere stories live. Discover now