Otra vez el Dios del Amor

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Eros casi casi que vivía en el santuario desde aquel hechizo y este día había decidido ver sus cartas.

Tal parecía que había dos parejas que realmente habían tenido un buen desarrollo.

Pero los otros nada seguían igual o peor, otra cosa era la insistencia del patriarca y el caballero de libra por saber la verdad ya que tenían sus sospechas.

Llevaba pensando desde medio día un plan para alejar a estos dos, por su parte Athena ni si quiera sentía el cambio las constantes peleas entre caballeros no la hacían sospechar nada.

Muy pronto se cumpliría el mes acordado y no había demasiado progreso debía hacer algo rápidamente, pero primero serían con esas dos parejas que solo necesitaban un pequeño empujón para que su amor comenzará a florecer.

Antes de todo necesitaba ir con su madre, Afrodita la diosa del amor.

Al llegar al Olimpo se dirigió al palacio de la Diosa, un lugar donde los colores rosas, rojos no se hacían esperar.
Lleno de flores, corazones y millones de calderos y pociones.
Con un montón de querubines rondando por el lugar.

Al verlo los sirvientes rápidamente lo llevaron con su madre.

- Que haces aquí Eros?

- No te da gusto verme madre.

- Tú no vendrías a mi templo si no necesitarás algo.

- Me conoces demasiado bien.

Ambos se encontraban tomando té, mientras Eros le contaba todo a su madre con detalle, ella sonreía.

- Así que esa odiosa te hizo eso.

- Así es pero ya me vengue con sus  caballeros, aún así debo hacer que se amén no puedo rendirme, siempre triunfa el amor y está no será la excepción.

- Y qué es lo que necesitas de mi.

- Un hechizó.

- Qué clase de hechizo, si ya has utilizado uno en ellos.

- Sí pero este hechizo los hará reflexionar.

- Muy bien cuenta con ellos, pero necesito algo a cambio.

- Qué necesitas madre ?

- Lo verás después.

Así el pequeño Dios del amor regreso ala tierra, el podía manipular demasiadas cosas si en nombre del amor se trataba, y con los hechizos de su madre tendría más que éxito.

Ahora lo importante era volver a reunir a esos tontos.

Les hizo llegar una flecha informándoles que debían reunirse para un anuncio.

La reunión sería en Aries al ser el primer templo.

Todos estaban ya ahí, pero no como a Eros le hubiera gustado verlos.

Camus y Milo estaba separados ninguno se regresaban a ver.

DeathMask y Afrodita para sorpresa de todos estaban en una esquina juntos, más no platicando ni nada solo ahí sin decir nada.

Shaka igual estaba junto a Mu, pero este último solo veía hacia otro lado estando incomodó.

Aldebaran y Aioria, ellos ni se hablaban pero al leonido se le veía triste.

Shura y Aioros tampoco hablaban ni se veían ni nada.

Los gemelos, solo peleaban.

Tendría que hacer algo pronto.

- Necesito que me escuchen.

Todos regresaron a ver al Dios.

- Bien se preguntaran porque los traje aquí.

- Si!!

- El plazo está por cumplirse y no hay cambios así que eh decidido cambiar las reglas..

- ¡¡Que!!!

- Bien hasta ahora solo 4 de ustedes tienen un poco de progreso, ya lo decidí si solo dos parejas llegan a comprenderse solo ellos volverán a su cuerpo, no pienso sacrificar a unos por otros, y tienen que pasar un prueba.

- Que clase de prueba - preguntó el lemuriano.

- Eso ya lo verán cuando les llegue el momento.

- Que hay con el patriarca y el maestro Dohko.

- De ellos yo me encargo ahora regresen a sus labores.

A si mismo todos regresaron a sus templos.

Ahora el Dios tenía que hacer algo para alejar a ese par del santuario.

Y aún más tenía que planear cómo llevar acabó su plan y emplear los hechizo que su madre le había dado.

Suspiraba pesadamente, pues nunca le había costado tanto unir a dos almas.

- Se te irá la vida entre tanto suspiro querido Eros .- El pequeño dios se sorprendió al oír tales palabras y solo vio a su nuevo acompañante quién le sonreía desde un árbol cercano.

Aprendiendo A Querernos...Where stories live. Discover now