: if loving you were a sin, i would be in prison ༉

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pero así era, yeonjun amaba a beomgyu en silencio. implorando para que el destino apiadara de él y de su pobre corazón enamorado.

un corazón que se volvía pedazos cuando miraba a beomgyu, pero este solamente veía a su novio, taehyun. y juntos se iban de la mano dejando a yeonjun puchereando, con los ojos brillosos por las lágrimas reprimidas.

porque el único que realmente conocía bien a yeonjun era beomgyu, y sabía lo sensible e ingenuo que este podía llegar a ser.

sufría por cualquier cosa y rápido las lágrimas adornarían su moreno rostro de mejillas grandes.

en realidad, este siempre se había sentido acomplejado de su físico. mas beomgyu había ayudado a derribar su inseguridad.

incluso si había tenido que obligarle a comer y vigilarlo a todas horas. incluso si había tenido que agarrar con fuerza su mano cuando yeonjun había vomitado por la falta de comida. incluso cuando acarició y beso aquellas mejillas que tanto odiaba.

para ese entonces, beomgyu no sabía el poder que llegaría a tener en yeonjun.

sí, esa era la triste historia detrás de su envidiable amistad.

no todo es como lo pintan, por eso sus compañeros no debieron juzgar nada de lo que oían.

no debieron hacerle creer a choi beomgyu que ahora yeonjun se había vuelto un rompecorazones que se divertía jugando con los demás, un ser ruin y malvado que no tenía escrúpulos por hacer daño a la gente.

pues eso sentenció lo poco que quedaba de su amistad.

aunque le habían hecho un favor a yeonjun, ya que él era el idiota que no se había atrevido nunca a alejarse.

se ahorró del daño que le pudo provocar ver la piel de su amado beomgyu siendo adornada por las marcas violaceas que su novio le estaba regalando.

aquel trece de marzo, choi yeonjun había saltado de su cama en el minuto en que la canción con la que tenía agendado a beomgyu había empezado a sonar.

eran las cuatro de la mañana y su corazón latía con fuerza a cada paso que daba en dirección a la casa del joven choi. el frío congelaba su actual delgado rostro y su chaqueta de cuero marrón pesaba en su hombro. y no importaba, nada importaba cuando oyó la rota y embriagada voz de beomgyu suplicando que llegase pronto a su lado.

no importaba si ahora tenían una mala relación. no importaba si ahora yeonjun tenía su cabello largo negro tapando sus ojos y orejas y una caja de cigarros descansaba en el bolsillo de su pantalón. y si su delgado y marcado rostro lo hacía lucir tan intimidante y cruel.

no importaba nada de eso porque choi yeonjun siempre sería la mascota de choi beomgyu, e iría a su auxilio con sonar el tono una vez.

la puerta se había abierto, y en su campo de visión apareció él.

después de tanto tiempo sin poder observarlo, ahí estaban, siendo personas totalmente distintas.

beomgyu tenía su pelo lacio y rubio, con ese pálido rostro lleno de marcas y unas ojeras arruinando sus expresivos ojos. con esos atractivos labios dañados por cortadas.

aún así, el aliento había abandonado a choi yeonjun... joder, él creía que estaba visualizando a un ángel.

su corazón revoloteaba en su interior al ver al dueño de sus desvelos y pesares a sólo unos centímetros de distancia.

porque para yeonjun, beomgyu era una etérea obra maestra. un ser completamente hermoso sin importar qué.

y aquel, que con sus encantos una vez más lo embaucaba, le suplicó que lo consolara.

pues el beomgyu que conocía estaba estropeado, su ex lo había roto. y creía que con un poco de todo el amor que yeonjun le quería dar podría volver a sentirse bien.

beomgyu se había vuelto una persona tan dependiente e insegura, que necesitaba de alguien que de verdad lo adorase y lo pudiera arreglar de nuevo.

ese idiota sería nada más ni menos que su mejor amigo yeonjun.

a beomgyu no le dolió jugar con los sentimientos de yeonjun una vez más.

y yeonjun, que jamás dejaría de ser un ingenuo, permitió que beomgyu lo besara ㅡcomo tanto en sus dulces sueños había ansiadoㅡ. se dejó arrastrar una vez más a la destrucción que era volver a las garras de beomgyu. y no se resistió a envolver con sus brazos la delgada cintura, siendo conducido al infierno disfrazado de paraíso que eran las dulces promesas que le hacía entre jadeos un lindo beomgyu sonrojado.

yeonjun sabía que había caído realmente bajo.

el día siguiente, al despertar, los rayos de sol hacían relucir la nivea piel de beomgyu. lo miraba recostado en el marcó de la puerta con una coqueta sonrisa, pues este se había pasado un largo rato admirando la ardiente vista que era un yeonjun lleno de tatuajes durmiendo plácidamente en su cama.

yeonjun se mordió entonces el labio pensando: «wow, él se ve tan perfecto parado ahí, en mi ropa interior american apparel.»

sí, lo sabía ahora, estaba jodido.

porque fue entonces que reparó en lo que el rubio había visto.

en un rincón de su amplio pecho, había aparecido el nombre de beomgyu tatuado sobre un corazón flechado.

yeonjun debió haber tenido cuidado con aquello que tanto había deseado, pues ahora el destino le jugaría una mala pasada.

en efecto, ahora el hilo rojo que unía a las almas gemelas los unía a ellos.

pues todo lo que beomgyu necesitaba de yeonjun es que este estuviera obligado a volver junto a él, no abandonarlo de nuevo y amarlo.

por más egoísta que suene, tampoco le hace falta que esto sea para siempre.

solo mientras que él sea el nombre en el corazón tatuado de yeonjun.

⛓️ by : sanflwr ©

♥︎ HE LØØKS SO PERFECT ꒷꒦ 𝐘𝐄𝐎𝐍𝐆𝐘𝐔 ᵎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora