LA HARPAGA
Sentía las uñas de la chica clavándose en mi hombro con fuerza. Muchos me miraban y susurraban algo de la harpaga y el ángel.
-¿Tu eres el angelito?- dijo la chica con voz una melosa, aunque era evidente que sólo lo decía para molestarme.
Me di vuelta y miré fijamente a la chica, tenía ojos de color ámbar, un tanto anaranjados y estaban delineados con una gruesa línea negra, su tez era blanca y su pelo era negro y lacio.
-¿Algún problema con eso?- le contesté, no pude evitar contestarle mal, llevaba tanto tiempo luchando con gente como ella que ya estaba harta.
-Obviamente, lindura- dijo haciendo un mohín -Deberías saber perfectamente que no se permiten puros en esta escuela, cariño-
Miré hacia otro lado, hasta entre ellos no encajaba.
-No me digas- dije con sarcasmo- Aunque no lo crean, no soy muy diferente a ustedes-
Traté de deshacerme de su agarre, pero me tenia fuertemente agarrada.
-¿Ah, si? ¿Ahora resulta que eres especial?- me dijo burlándose de mi mientras su séquito se reía.
-¿Alguna vez viste un ángel?- le dije, ella se sonrojó, no, nunca había visto uno- Ellos usan ropa abierta en la espalda para poder utilizar sus alas tranquilamente. ¿No es extraño entonces que un ángel use chaquetas?-
-Yo...- quiso decir. No la dejé hablar, me comenzé a ir y me quité la chaqueta que me había puesto al salir de la habitación, no valía la pena ocultarlo, tarde o temprano lo descubrirían, debajo de ella yo tenia puesto una remera abierta en la espalda que dejaba a la vista mi única cicatriz izquierda.
Un murmullo masivo se extendió entre los que miraban, y yo los ignoré, prefería que se enteraran por mi, en vez de que se enteraran por un tonto rumor.
Antes de irme del todo me delvoví y le dediqué mi dedo medio. Su cara de sorpresa y odio era graciosa...
-Yamikza, ¡Te has ganado una nueva enemiga!- me gritó enfurecida. No me importó mucho a decir verdad.
Seguí caminando, gracias al mapa llegué rápidamente a la piscina olímpica.
Miré alrededor, no había nadie aparte de la pileta, miré dentro de ella y me sorprendí al ver todo un lago artificial, lleno de corales, peces y algas.
-¿Vos sos Nisha?- dijo una voz detrás mío sobresaltandome. Dí un gritito y ella comenzó a reírse.
Supuse que era Mara, era una combinación extraña: su tez era morena, tenía ojos color mar claro, y su pelo un tanto enrulado era rubio claro, casi platinado.
Me puse una mano en el corazón, ¡si que me había asustado!
-¿Te asusté?- dijo tratando de aguantar la risa sin lograrlo del todo- Perdona-
Me dedicó una sonrisa sincera, y las dos nos quedamos calladas frente a un incómodo silencio.
-Gracias por el panda- le dije.
-¡Lo sabía!- dijo dando saltitos- ¡Le dije que te gustaría!-
-Ehhhh- le dije cuando me abrazó- No entiendo nada-
-Si, lo siento- dijo separándose de mi.
-¿Qué pasó con la harpaga?- me dijo seria. Yo no sabía que contestarle.
-¿De que estás hablando?- ¿Por eso decían "el ángel y la harpaga"?, ¿Cómo se había enterado?
-Los rumores son rápidos- me dijo con una sonrisa- Vamos, ¡Desembucha!-
Hice una mueca, no podía contárselo, recién la conocía.
-Nada- dije lléndome.
-Porfiporfiporfiporfi- insistió.
Suspiró derrotada al ver que no diría ni una palabra.
Me di cuenta que no me había vuelto a poner la chaqueta demasiado tarde.
-¿Qué te pasó?- dijo tocándome la cicatriz. Una corriente eléctrica me recorrió la espalda y me separé bruscamente de Mara.
-Nada- le dije seria, por culpa de su tacto mi ala salió al descubierto, dañándome la espalda por el poco uso.
-Que hermosa- susurró admirada. Mi ala no era hermosa, estaba maldita.
-Que suave...- dijo anonadada mientras tocaba mis plumas. Mis músculos se tensaron.
-¡No toques mi ala!- chillé. Mara se separó asustada.
-Lo siento, ni sabía, yo...- no quise escucharla, no era su culpa.
-No es tu culpa le dije- intenté guardar mi ala, pero no respondía.
Eché a correr. No me importaba nada ya, sólo quería estar sola. Escuché a Mara gritarme algo, pero la ignoré.
Quería olvidarme del mundo.
Capítulo siguiente: El loco Faicer
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Perdonen por favor la espera! Ya tenia el capítulo escrito, pero me faltaban las ultimas palabras y no tuve tiempo de terminarlo :/
Los quiero!
~Kirayni
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Vamgel, La primera.
Fantasy¿Quién soy? No lo sé. Todos piensan que soy la simple hija de un ángel que nació maldita. Pero... ¿Realmente soy eso? Algo me dice que no. Mi madre jamás me ha contado toda la historia. Jamás ha querido decirme cómo llegué a ser su hija, qué fue de...