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Fue el tercer día en casa de tía Khaty y nuestras cosas seguían sin llegar, al parecer la empresa de transporte sufrió un pequeño imprevisto e iban a tardar en llegar un poco más de lo esperado.

Mamá estaba muy fastidiada con ese asunto pero mientras no le faltara qué ponerse la bomba Cecile no estallaría.

Aprovechamos los días en buscar una universidad que mi mamá pudiera pagar, aún no estaba muy segura de qué estudiar pero aquí llevaban primero 2 años de cursos generales y luego recién tendría que elegir una carrera. Así que tenía tiempo para pensar bien qué quería para mi futuro. Al fin habíamos encontrado una y me agradaba bastante el ambiente, estudiaría ahí.

Mamá tenía un trabajo ya asegurado, parte de las razones que me dio para la mudanza fue que la empresa donde trabajaba la había trasladado aquí junto a un considerable aumento de su salario. Así que ella seguiría haciendo lo que más le gustaba.

Fuimos a visitar nuestro apartamento, efectivamente, era muy amplio y tenía bastante iluminación. Por inercia me dirigí a las habitaciones, ambas eran del mismo tamaño pero una de ellas tenía un pequeño balcón interno con una vista hermosa a las calles. Decidí quedarme con ella.

Mamá estaba fascinada, la oía mientras se movía de un lugar a otro ubicando cada una de nuestras cosas con su imaginación Acá irá el sofá...y acá la mesa de centro, la alfombra grande la pondremos aquí y el reloj de búho ahí señalaba. Ella sí que estaba bastante ilusionada con vivir aquí. Suspiré con resignación, este sería nuestro hogar y no podía hacer nada al respecto.

Terminamos la tarde yendo a comprar cosas de cocina que sabíamos nos faltaría. No habíamos podido llenar todo en las cajas y varias de nuestras cosas habíamos tenido que regalarlas.

Una semana después y con mi mamá a punto de demandar a la empresa de mudanza, nuestras cosas llegaron. Sabíamos que eso significaba irnos a nuestra nueva casa, ya bastantes agobios le habíamos causado a tía Khaty con quedarnos en su casa tanto tiempo, aunque ella parecía muy triste de que nos fuéramos.

Nos despedimos en la puerta de entrada de tía Khaty y tío Jorge y nos subimos al taxi. La empresa de mudanza en compensación nos habían enviado el taxi y a 4 trabajadores para que nos ayuden a bajar las cosas del camión.

Había sido un día bastante cansado abriendo algunas cajas y acomodando las cosas en su sitio. Eran casi las 2 de la mañana cuando mamá desistió de continuar, tiramos uno de los colchones al suelo y sacamos un par de sábanas. Sin importarnos las cajas que quedaban a nuestro alrededor no tardamos mucho en quedarnos dormidas.

Verdades ocultasWhere stories live. Discover now