Capítulo#2

2.5K 196 30
                                    

Me siento agotada cuando mis amigas me despiertan gritando feliz cumpleaños. Corren hasta la cama de Kate, donde dormí esa noche y se lanzan sobre mí, exprimiéndome en un fuerte abrazo grupal. Gruño por el esfuerzo que hago de no volver a tirarme en el colchón y dormir hasta el día siguiente. Estoy terriblemente segura que mis ojeras se notarán aunque las cubra con toneladas de maquillaje.

A los pies de la cama hay tres grandes regalos. Apenas las chicas me dejan levantarme en paz, inmediatamente se ponen a correr de un lado a otro, sacando vestidos y bañadores.

Toda la habitación se vuelve un desastre, con ropa por todos lados y zapatos en cada rincón.

- Eh, ¿se puede saber que sucede?- pregunto aún adormilada.

- Nos saltaremos las clases- canturrea Maggi.

La miro sin comprender.

- ¿El yate de mis padres? ¿Tres días en el mar Caribe? ¿No te suena?- dice Every.

- Oh- murmuro al recordarlo.

Por un momento me viene a la cabeza escenas de la noche anterior. Rápidamente me pongo de pie, algo sobresaltada. Caigo en la cuenta de que no me han preguntado por lo que pasó en mi habitación.

- Chicas, no me han interrogado sobre mi reto- comento, extrañada.

- Ya nos lo has contado todo, ¿no te acuerdas?- informa Kate tomando un bañador rosa y metiéndolo en una mochila.

- ¿Lo hice?- pregunto, más para mí misma que para ellas.

- Creo que aún estás dormida- se ríe Maggi sentándose a mi lado- ¿Cómo no contarnos tu cita con el chico más guapo de la uni?

- ¿Cita?- cuestiono totalmente incrédula.

-Rose, ¿en serio que no te acuerdas? ¿Cuánto bebiste, mujer? Anoche saliste con Jason. Y lo besaste.
Ese fue tu reto- me cuenta Maggi en voz baja.

Flechazos de unos ojos rojos vienen a mi mente. Entonces sí fue un sueño. ¡Como se me ocurre, claro que fue un sueño! Los demonios no existen. Ni tampoco salir ilesa de una caída de tres pisos.

- Hora de los regalos- grita Kate antes de saltar sobre mí.

                              .  .  .

- Necesito un novio- se queja Maggi al ver al mozo del yate.

El muchacho es guapísimo. Aparenta unos veinte años. Su pelo es negro y sus ojos marrones, el uniforme blanco y negro le queda como un guante, ya que lo hace ver más responsable y alto, además de abrazar sus bien formados músculos.

- Es gay, Maggi. No se fijará en ti- dice Every, bajándola de esa nube.

Suelto una risita divertida al ver su mueca de decepción. 

- De todos modos, el capitán no está tan mal- comenta Kate.

- Venga. Si parece tener como 37 años- me burlo.

- Pero es guapo- se defiende ella.

-¿Venimos a discutir los gustos de Kate o a disfrutar del yate?- pregunta Every.

Asiento hacia mi amiga.

- ¿Qué tal si probamos las motos acuáticas?- sugiere el espíritu aventurero de Maggi.

- Por eso te amo tanto- la abrazo.

Nos pasamos el resto de la tarde haciendo carreras de motos acuáticas alrededor del yate, tratando de mojarnos unas a otras, evento que termina en un chapuzón colectivo. Al parecer este va a ser el mejor cumpleaños que he tenido. Simplemente con saltarse las clases ya es suficiente.

 Los siete pecados capitalesWhere stories live. Discover now