El Demonio de la Horca

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"La forma más frecuente de suicidarse en el Valle...es ahorcándose" dicen las viejas del lugar.

LA HISTORIA: Los tributos de sangre en el Valle eran, incluso, anteriores al mismo nombre de este. Ya algunos de los primitivos habitantes dedicaban su vida a sacrificar para contener "las fuerzas naturales" o aumentar el poder de los caciques, sangre...y sangre de inocentes. Es la niñez, quizá, el único momento de la vida donde el ser humano es inocente; eran los niños pues, las principales víctimas de holocaustos a los dioses de la oscuridad, que demandaban, en períodos estelares específicos, profusas cantidades de "almas". Para los aborígenes el "alma" habitaba en la sangre. Si se iba la sangre, se iba la vida.

El tiempo transcurrió, los conquistadores llegaron, la civilización también, y con ellos cambió la forma de los tributos a los espíritus oscuros...pero no la materia del sacrificio. Hoy sigue siendo igual.

EL SACRIFICIO CONJUNTO: Se cuenta entre los más viejos de este lugar que, incluso, el rey de estos dioses, se personificó muchas veces llegando a dar su nombre a sus devotos en una ocasión especial. Era una noche de viento caliente, algunos sostienen que, en tiempo cercano a fiesta cristiana de Navidad, otros que quizá fue para Pascuas. Autóctonos y foráneos, todos por igual, sacrificaron juntos a la hija del último cacique lugareño que, por voluntad propia, entregó su estirpe y, por el lado de la civilización, una doncella, hija de humildes campesinos a los que les fue arrebatada por soldados del gobernador. En medio del rito, desde las sombras mismas de la oscuridad surgió él, el tantas veces adorado e invocado; él, el sediento siempre de sangre joven; él, el que demandaba ahorcar antes de arrancar el corazón, pera gozarse viendo cómo la víctima clamaba en espíritu mientras la vida se le iba junto con el aire de los pulmones; él, que en esos instantes saboreaba percibiendo las estériles plegarias de los ahorcados a las deidades ausentes, él...Belial, el lugarteniente de Lucifer. Él, el tantas veces confundido con el mismo Satanás. El "Señor de la arrogancia" o "señor de orgullo" y "el hijo del infierno", Baal ial para los antiguos hebreos.

Ser maldito desde el Principio, Adversario, inspirador de la mentira, ultrajador, sembrador de corrupción, hábil maestro del engaño. En los tiempos de más acá, cuando la civilización se afianzó, buscó modos de siempre tener devotos. Y fue entre las autoridades y la clase acomodada del Valle, donde siempre encontró quien, a cambio de poder temporal y dinero, cosas que a Belial le sobran, estuvieran dispuestos, de muy diversos y solapados modos, a seguir apagando su atormentada y voraz sed de sangre. Materia de sacrificio siempre hubo y habrá; niños siempre nacen entre los hombres. Lo que cambió fue su "liturgia" y modo de ofrendar, se aggiornó a tiempos "modernos y científicos" y, otra vez como al principio, encontró la manera de engañar y seducir...para obtener.

ÉPOCA ACTUAL: La Economía es una gran herramienta, cuando no un arma, por ésta los seres humanos viven y mueren en masas ingentes, son explotados y caen en la desesperación o en manos de explotadores. Todo esto termina en la desesperación.

Y las Autoridades civiles y religiosas obtuvieron el poder temporal deseado hasta el punto de entregar sus almas, disimulando sus intenciones de la mano del Inspirador. Y todos los habitantes del Valle fueron sometidos a las leyes de una economía diabólica. Familias enteras fueron separadas cuando padre y madre debieron salir a trabajar para ganar el pan "con el sudor de la frente" como predicaban los nuevos sacerdotes, en pago y penitencia de un pecado que no cometieron. Niños de todas las edades quedaron solos en las casas, a merced de los mercaderes de la noche, de los vendedores de hierbas y elixires narcóticos y de todo aquello que sólo la oscuridad de la noche puede proveer. De eso hogares destrozados, las autoridades, con engaño refinado, obtuvieron las víctimas propiciatorias para Belial del Valle. De entre esos jóvenes habitantes manó la sangre en el Altar Maldito; disimulada de formas distintas, pero igual de roja y vital, mayormente en los mismos periodos estelares cercanos a la Navidad o la Pascua para parodiar, y siempre, siempre pasando por el nudo preferido de la horca.

Es por eso qué, cuando se acercan las cristianas fiestas o el año nuevo comienza a alborear y sopla viento de noche, las ancianas no se cansan de rezar implorando protección para los niños ¡y lo hacen porque saben! Saben que Belial viene en camino a cobrar la vida de alguien, a cambio de nada. Es por esto que el Valle sigue existiendo en medio de un festival de horcas y muerte.      

El Demonio de la HorcaWhere stories live. Discover now