Capitulo 1. Nueva compañía.

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Corría, corría y corría. Con tal de que la horda de caminantes no me alcanzara. Maté 2 con mi navaja. No iba a hacer ruido, eso atraería más o les revelaría mi camino a la horda. Sin darme cuenta, estaba en un bosque y al dar vuelta a la izquierda de un árbol, casi choco con un caminante, le enterré mi navaja en el cráneo y seguí avanzando.

Esto es cansado. Esto de cargar dos mochilas, una con munición y provisiones, otra con ropa.

Llegué a un seven eleven, abrí las puertas, cogí un tablón y lo puse de manera que si llegaban caminantes, no pudieran entrar y yo saliera por la puerta de emergencia, o por cualquier ventana que no esté a la vista de esos cabrones.

Con mi arco -el cual sé usar muy bien, gracias a mi hermano Freddie- revisé que no hubiera ni un caminante. En el sanitario había uno tirado y por si las dudas, le encajé la navaja en su cráneo, como suelo hacer. Lo inspeccioné, porque este cabrón se veía que no tenía mucho convertido. ¡Genial! Un arma de bolso -o sea, pequeña- con un cartucho y tres balas dentro. Este es mi día de suerte.

Hace dos semanas tuve que matar a mi hermano. Por culpa de un cabrón de esos...

-No llores, ____. Sé fuerte por tu familia y por ti - me dije.

Sequé mis lágrimas y me encerré en el sanitario. Comencé a sacar mis provisiones: 2 latas de atún, 3 botellas de agua, 1 lata de maíz amarillo desgranado y dos paquetes de galletas. Mis municiones: el cartucho de la pistola del pobre tipo que acabo de encontrar, 7 flechas de mi arco, 3 cartuchos de mi arma con silenciador, y 5 balas sueltas. Mi ropa: tengo 3 cambios en total. Y pensar que había chicas que tenían como 10,000 cambios pero no tenían nada que ponerse para salir. Ordené todo en las mochilas y de repente escuché pasos.

¡Mierda! Un caminante. No funcionó el tablón en las puertas, al parecer.

Tomé mi arco. Tome las dos mochilas y me las puse, colgando de una hombro cada una. Después me puse las flechas en el cinturón.

Salí a inspeccionar. Silbé.

-¿Quién anda ahí? - se escuchó.

¿Una voz de chica?

-¿Quién eres tú? - pregunté.

Me la topé y bajó el arma. Yo no.

-Soy Abby. Abigail Gonzales.

La observé a los ojos unos momentos.

-¿Con quién vienes?

-Yo... Vengo sola -bajó la mirada.

-Oh, lo siento. Todos pasamos por eso de perder seres queridos. Soy ____ Holden. ¿Qué edad tienes?

-16 años. ¿Y tú?

-Tengo 14 - respondí.

-¿Qué te parece si... Nos cuidamos el trasero mutuamente?

Reí. Esta chica tiene buen sentido del humor. Me agrada.

-Perfecto.

Ella solo traía un bolso pequeño. No tenía ropa, así que le di un cambio, uno que me quedaba grande pero a ella le quedaba perfecto.

-Toma todo lo que puedas y mételo en esta mochila.

Dejé la maleta en el suelo y comenzamos a tomar lo que pudimos.

-Joder, sólo 6 bolsas de frituras, 8 botellas de refresco y ¡están frescas! ¿Lo puedes creer? No hace mucho se descompusieron las neveras. 2 botellas de agua, calientes.

-¿En serio? Genial -sonreí-. 5 paquetes de galletas. 3 botellas de agua y encontré 1 paquete de skittles.

-¿Qué? ¡SÚPER! Me encantan esos... Hay que guardarlos para un momento importante.

Se escucharon gruñidos.

-¡MALDITOS CABRONES! -grité.

Metimos las cosas a la mochila y nos largamos por la puerta de emergencia.

Después de correr durante 10 minutos, encontramos un cartel que decía: "TERMINUS. LOS QUE LLEGAN SOBREVIVEN." en las vías del tren.

-Es nuestra única esperanza -dijo Abby.

-Sí.

Tiene razón. Es la única que nos queda.

Comenzamos nuestro camino.

***

-¡CORRE! -grité.

Creo que grito mucho. Oops.

8 caminantes venían hacia nosotras. Y corrimos siguiendo las vías.

-¡A la izquierda! ¡Gira hacia el bosque! ¡Ahí no nos verán!

Eso hizo y yo detrás.

La perdí de vista y escuché que gritó. ¡No! Otra vez no me pasará, no perderé a nadie más. Seguí de donde vino el grito y tope con un caminante.

Le iba a encajar la navaja pero...

-¡Hey! -gritó el chico/no caminante -. Señorita, no se juega con armas.

Lo ignoré y corrí hacia Abby. La encontré llorando y asustada, junto a varias personas más.

-¿Quienes son ustedes? -dije apuntando con mi arco.

-¿Quién eres tú? - me preguntó el chico/no caminante.

Siento que esto ya pasó. Ah, sí, con Abby en el seven eleven.

-Pregunté primero -me puse a la defensiva.

-Yo soy Maggie-dijo la chica de cabello a los hombros-. Él es Carl, Rick, Michonne, Glenn, Rosita, Tara, Abraham, Eugene y...

-Yo soy Daryl -dijo un hombre en seco.

-Soy Abigail y ella es ____. Un placer.

Los observé.

-¿Hacia dónde van? -preguntó el tipo que parece que es Rick.

-Íbamos a Terminus, ¿han leído los letreros? ¡Es una esperanza!

-Venimos de ahí. No les conviene -dijo Carl.

-Tú no decides que nos conviene y qué no.

Bufó.

-En serio, ahí nos torturaron. No es seguro ahí, son peligrosos - dijo el coreano.

-¿Lo juran?

-Sí -dijo la de la katana -. ¿Tienen un grupo?

-No. Nos acabamos de conocer hoy en la mañana. Y estábamos solas, así que... ¿Por qué no cuidarnos el trasero mutuamente? Palabras de Abby, no mías.

Rieron, excepto Daryl y Carl.

-¿Quieren tener un grupo? - preguntó Maggie.

-Claro -sonrió Abby.

Me miraron todos a mí.

-Pues no hay más opciones.

Noté que Carl me miraba. ¿Tengo monos en la cara?

Matar o morir (Carl y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora